DIARIO LEGISLATIVO
Pedro Jiménez Rodríguez
La decisión de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, es un hecho, pero no por eso deja de ser controvertible y peligroso para el país.
Lo lamentable es que, con el cambio de gobierno, volveremos a empezar de cero; es decir, a destruir todo lo que hizo en su gobierno Enrique Peña Nieto, bueno, malo o regular.
El país se volverá a reinventar, como en el año 2000, cuando Vicente Fox logró sacar, no a patadas, pero si sacó al PRI de Los Pinos.
No vamos a entrar a la discusión sobre si es buena o mala la decisión que impulsaron un millón de mexicanos, que acudieron a votar por uno u otro proyecto, que, si fue legal o ilegal, nada, pues a fin de cuentas ya votaron y la mayoría opinó que se debe cancelar el mega proyecto aeroportuario de Texcoco y dar paso al todavía incierto proyecto de Santa Lucía.
Alguno resentidos se atreven a condenar al fracaso al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin tomar en cuenta que, si a él le va mal, le va mal al país, luego entonces no es su bronca que tenga que pagar el país 60 mil millones de pesos por cancelar la obra, pues sencillamente no los va a pagar de su bolsa.
Lo que no entendimos es lo que dice el todavía presidente Enrique Peña Nieto, de que no se van a detener las obras y que el proyecto del aeropuerto seguirá como si nada hubiera pasado, hasta el 30 de noviembre.
Legalmente eso está bien, pero siendo prácticos es seguir echándole dinero bueno al malo y por el bien del país se tendrían que ponerse de acuerdo los contratistas con el presidente electo.
Lo cierto es que en estos tiempos de indefinición, donde el mando sigue estando del lado de Peña Nieto, pero las decisiones importantes las toma López Obrador, le está[U1] haciendo mucho mal al país.
Está claro que esta polarización de la sociedad, no le hace bien a nadie, por el contrario, afectara al país, y si seguimos por esta ruta, vamos a terminar confrontando unos con otros.
Debemos entender que nos guste o no, Andrés Manuel López Obrador tomará posesión de la Presidencia de la República el 1 de diciembre y con su gente impondrá lo que él llama nuevo Régimen, iniciará la Cuarta Transformación del país.
Sólo cabría esperar no vaya a ser una transformación de cuarta, como dicen sus críticos.
EL PULSO.- Por cierto, todavía no hay definiciones en la Cámara de Diputados, para la ceremonia de Tome de Protesta de Andrés Manuel López Obrador, programada para el 1 de diciembre, en una ceremonia solemne, ante el Congreso de la Unión, que tendrá su sede en el palacio legislativo de San Lázaro. El principal problema que tienen que resolver los nuevos diputados y funcionarios de la Cámara de Diputados, es la logística, para atender a los invitados, nacionales y extranjeros, así como a los representantes de los medios de comunicación. Esa tarea sería pecata minuta si dejaran que interviniera el Estado Mayor Presidencial, pero con eso de que también lo van a desaparecer, no habrá quien les diga cómo hacerlo. Y ya no se diga lo que va a pasar con los medios de comunicación, habida cuenta de que siempre no pudo unirse al equipo de prensa el veterano Víctor Manuel Noguez[, debido a que ya está pensionado. Por eso el coordinador de la bancada de Morena, Mario Delgado Carrillo, insistía en que no cambiarán el equipo de prensa este año, pero se impuso el capricho del presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, quien tiene un pie en la jubilación.
