Francisco Gómez Maza
Análisis a Fondo
- Algo se pudre en la Cancillería
- Jileta el amigo incómodo de Salinas
Como en La Tragedia de Hamelt, en la Secretaría de Relaciones Exteriores algo se pudre en la Cancillería y como Marcelo, el personaje secundario de la novela, fue quien pronunció la famosa frase de Something is rotten in the state of Denmark» («Algo huele a podrido en Dinamarca»).
Así ocurre en Javier Jileta Verduzco, el oscuro personaje que viaja por el mundo con cargo a las finanzas de la cancillería, degustando vinos finos y bocadillos dignos de un sibarita. Su cargo como jefe de la oficina de la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales le sirve para eso y más.
Jileta fundó una empresa de servicios para presuntamente “desarrollar plataformas físicas y virtuales que permitan el desarrollo conceptual y la ejecución de proyectos para la creación de valor agregado”. Ese engendro fue registrado con el nombre de Cientika A.C
Durante varios años se ha dedicado a glorificar la imagen de Satanarayan Gangaram Pitroda, mejor conocido como el millonario Sam Pitroda, quien ha tenido sus altas y sus bajas con las tecnologías.
En busca de fama y fortuna se ligó a Emiliano Salinas Ocelli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien lo introdujo a la secta sexual de Keith Raniere, el gran gurú de NXIVM y, por supuesto, buscó cobijo en las filas del partido de López Obrador MORENA.
La subsecretaria de Asuntos Multilaterales, Martha Delgado Peralta, lo proteje y lo apoya y ella decidió nombrarlo como jefe de su oficina en la Secretaría de Relaciones Exteriores, desde donde operaba a favor de la secta sexual de Keith Raniere.
Junto con Emiliano Salinas, el promiscuo Jileta entró de lleno a la organización NXIVM, que vendía clases de superación personal, pero que en realidad se trataba de un sistema piramidal de estafa con un culto donde las mujeres eran esclavizadas y llegaban a ser marcadas con un hierro con las iniciales del fundador.
Como parte de la delegación mexicana de NXIVM, Jileta y Salinas y otros más fundaron un Kínder con la filosofía de la secta sexual donde enseñaban a los niños que las violaciones eran “normales”.
Los niños eran adoctrinados para que pensaran que los abusos sexuales y violaciones eran “naturales”.
El que operaba en la ciudad de México y Monterrey tenía el nombre de “kínder Rainbow Multicultural Garden”.
Algunos niños del kínder de la sexta sexual NXIVM registraron problemas de lenguaje y ruptura completa de la comunicación, situación que puso en alerta a los padres que confiaron en la filosofía de Raniere; que en Estados Unidos fue declarado culpable por cargos de tráfico sexual, fraude, robo de identidad, violación y trata de personas.
El primer kinder de la secta sexual NXIVM se asentó en la Ciudad de México (CDMX) mediante una asociación civil encabezado por los hermanos Salinas Occeli.
Una de los temas más polémicos del kinder de la secta sexual NXIVM fue que empezaron a laborar sin reconocimiento oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP); el costo de la mensualidad fue otro factor que dejó “impactados” a muchos, ya que cobraban hasta 60 mil pesos, los niños tenían que ser totalmente vegetarianos y experimentaban “múltiples idiomas y culturas con el propósito de convertirse en ciudadanos del mundo”.
Pero tema más fuerte salió a la luz en la última prueba aportada por la fiscalía de Nueva York para convencer al jurado la culpabilidad del líder de la secta sexual NXIVM en un video se puede observar a Keith Raniere justificar al abuso sexual y violación a niños.
“A menudo, cuando se aconseja a personas que son, por ejemplo, niños que fueron lo que se llama abusados; algunos niños pequeños están perfectamente contentos con eso hasta que descubren lo que sucedió más adelante en la vida y luego es más la sociedad la que los abusa que los padres en realidad, porque en las sociedades del pasado, como en Roma o lo que sea, los estándares eran extremadamente diferentes. Pero no estamos en Roma y deberíamos saberlo”, declaró Raniere.
Recordemos que Keith Raniere fue declarado culpable de liderar una secta de “esclavos sexuales” dentro de una comunidad de seguidores en el estado de Nueva York, y fueron tres las víctimas mexicanas las que denunciaron sus abusos.
