Para su información
Francisco Gómez Maza
Ahora sí que qué necesidad.
Y peor aún, cuando en este país, como aquel juego infantil, “lo que hace la mano lo hace la’trás”.
Pero el hombre no quiere ver que todos los ojos están puestos en él y millones hacen lo que él dice que hagan, y más cuando el mal ejemplo cunde como fuego en reguero de pólvora.
Si el presidente no se cubre la cara es que es mentira el coronavirus. Y si él no se cuida es porque esa enfermedad es un mito. Y no me protejo, y porque para qué.
Y es que López Obrador busca ser fiel reflejo de lo que piensa y hace su gente. Si estoy aquí cuidándome, puedo estar en cualquier estado cuidándome. Y porfiado, como ha sido desde que lo conozco como reportero, pues hace su santa voluntad, aunque su voluntad ya no sea de él, sino de la gente que votó por él para presidente, y de la voluntad de los que dicen que lo odian, pero que no pueden vivir un día sin pensar en él, sin mencionarlo, sin mentarle la madre, porque del odio al amor hay sólo un pasito.
Y se va. Y se va, porque él lo decide, porque él es el que manda, porque él es el que preside, aunque diga que va de gira si obtiene el aval de las autoridades sanitarias, lo cual es una mentira presidencial. Él ya tomó la decisión y le importa un bledo lo que digan las autoridades sanitarias y lo que diga la gente. Y si la prensa “conservadora” se la mienta, igual le vale.
Ah qué don Andrés.
“Ande yo caliente y ríase la gente”, como escribió aquel cura cordobés de nombre Luis de Argote Góngora, que también hizo su santa voluntad allá por el el Siglo de Oro.
El resto de la historia, los lugares que visitará y los pretextos de la gira, como el “banderazo” al tren maya, son historias ya conocidas.
