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Obrador y el Manejo Criminal de la Pandemia

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Contracolumna 

JOSÉ MARTÍNEZ M.

Desde el primer día de la crisis sanitaria el presidente Obrador jamás ha puesto un pie en un hospital. Es más, ni siquiera ha cumplido con las mínimas normas sanitarias. Por el contrario Obrador y su gobierno han actuado de manera criminal frente a la pandemia.

 

Sería cuestión de los juristas determinar si Obrador pudiera ser juzgado por tribunales supranacionales por su actitud criminal y por el comportamiento de su gobierno frente a la pandemia.

En hospitales de todo el país se ha optado por matar silenciosamente a miles de sus pacientes ante la imposibilidad de hacerse cargo de ellos tras la catástrofe sanitaria del Covid-19.

Así, México ha llegado a la espeluznante cifra oficial de los diez mil muertos por coronavirus. Aunque el número de víctimas mortales es mucho mayor y no se refleja en las estadísticas porque éstas han sido manipuladas con propósitos políticos.

La instrucción partió desde Palacio Nacional cuando el vocero Hugo López-Gatell dio a conocer la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica como parte de los “protocolos” del Consejo de Salubridad General para determinar que ante la posible saturación de los servicios de medicina crítica se priorizará a los pacientes jóvenes sobre los adultos mayores, o de aquellos que tengan una enfermedad crónica. 

De acuerdo a Gatell la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, solo entraría en operación si la capacidad existente de cuidados críticos estuviera sobrepasada, o estaría cerca de serlo y no fuera posible referir a pacientes que necesitan terapia intensiva a otros servicios de salud. Todo ello ha ocurrido. La tragedia ha alcanzado a centenares de profesionales de la salud que han contagiado y han fallecido por no contar con los insumos necesarios de protección. Las protestas han sido constantes. A ello hay que sumar las múltiples agresiones a personal médico por gentes criminales.

En los medios de comunicación y en las redes sociales abundan denuncias de los testimonios de familiares de innumerables víctimas del Covid-19.

Y peor aún, cuando la crisis sanitaria se encuentra en una de sus fases más críticas, el presidente Obrador emprendió una gira de trabajo por el sureste del país para echar andar su proyecto del Tren Maya. En el fondo va a Quintana Roo a mover sus fichas políticas en el entendido de las próximas elecciones del 2021 en las que se disputarán las presidencias municipales, miembros de los ayuntamientos y diputaciones federales para dejar sentadas las bases de la elección del próximo gobernador en 2022, dado que esa entidad es la mayor generadora de divisas del país después de las remesas de los inmigrantes y los ingresos petroleros.

Obrador debe ser llamado por el Congreso a rendir cuentas. Es cierto, Morena ejerce el control de las cámaras (Diputados y Senadores), pero también está obligado a ofrecer un informe estrictamente sobre los resultados de la pandemia.

Todos los mexicanos hemos atestiguado la frivolidad con la que se ha conducido ante la mayor crisis de salud del país en el último siglo. Ha descalificado a los científicos, ha insultado y ofendido a los médicos, como jamás nadie lo ha hecho. Ningún presidente en la historia del país ha actuado con tanta patanería. Su comportamiento ha sido tosco y grosero, propio de un ignorante.

Hace unos días durante la comparecencia virtual de López Gatell ante la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso  aceptó que sí hay un subregistro de contagios y muertes, pero que no nos escandalicemos, pues ¡eso pasa en todo el mundo! Carajo.

Como lo narra la periodista Lourdes Mendoza en El Financiero (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/lourdes-mendoza/aqui-las-pruebas-de-que-gatell-le-miente-a-amlo-y-a-todos-nosotros)

La desfachatez de Gatell comenzó cuando el senador Ricardo Monreal preguntó por qué México tenía un número de pruebas tan por debajo de la OCDE, así como por qué la tasa de letalidad en México (de 11 por ciento) es casi del doble que la del mundo (de 6.4 por ciento). Luego la presidenta de la Mesa, Mónica Fernández, preguntó por el tema de la violencia de género, la salud sexual y reproductiva de las mujeres, y el regreso a clases.

Según Gatell, desde el 3 de enero el gobierno de Obrador comenzó la estrategia contra el Covid-19. Gatell mintió pues la Organización Mundial de la salud avisó de un nuevo virus el 5 de enero y publicó las normas técnicas el 10. 

Con desfachatez llegó a hablar en sus famosas conferencias de que las pruebas de laboratorio No son necesarias ni para cuidar a la población ni son útiles para tomar decisiones. Que lo importante es la condición clínica de cada paciente.

En actitud nada ética y mucho de criminal se prestó a la manipulación de la información junto con el presidente Obrador al señalar que se había “aplanado la curva”. Ante los legisladores de la Jucopo respondió: “Por mis métodos matemáticos puedo afirmar que sí la hemos aplanado”. ¿Cuáles métodos? Nunca los ha querido compartir.

Gatell aceptó que no hicieron pruebas durante la Fase 1 y 2 para ahorrar dinero, según él, ¡por comprar material para proteger al personal de salud! Resultó falso porque médicos y enfermeras se han contagiado y muchos han muerto por No estar protegidos.

Es inadmisible e inmoral que el presidente Obrador haya salido del confinamiento, aun cuando no respetó jamás las normas mínimas, e incluso hay periodistas que se contagiaron en las conferencias de “las mañaneras” y se ha ocultado la información.

Desde el punto jurídico hay elementos para acusar al presidente Obrador de actuar criminalmente en el manejo de la pandemia. No sólo violando la ley en otros casos porque su gobierno ha actuado de manera inconstitucional y facciosa por lo que debe ser llevado a juicio.

Como Nerón quien tocaba la lira mientras se incendiaba Roma, Obrador está de gira en el sureste en tanto miles de personas están  en los hospitales debatiéndose entre la vida y la muerte. Obrador no se ha dignado a poner un pie en ningún Hospital. Por el contrario ha recurrido al acoso moral, a la violencia perversa a destruir la reputación de un gremio que ha puesto en riesgo su propia salud en cumplimiento de su deber y del juramento de Hipócrates. De ello hay testimonio.

Ver enlace del malestar de los médicos: (https://cnnespanol.cnn.com/video/mexico-amlo-adversarios-doctores-coronavirus-covid19-alfredo-cabrera-rayo-entrevista-fernando-del-rincon-conclusiones/)

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