José Vilchis Guerrero
Una vez que se acabe la corrupción y se vuelva hábito la honestidad en México no subirán los impuestos, afirmó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien expresó que el presupuesto ahora se distribuye equitativamente y se apoya a los pobres.
Una vez más repitió su gesto característico de sacar el pañuelo blanco de su bolsillo y lo agita para señalar que en el primer círculo de su gobierno ya no hay corrupción, la cual, reiteró, se está barriendo como la basura en una escalera, de arriba hacia abajo.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional destacó que los apoyos se darán a las personas que más lo necesitan, ya que de eso se trata la justicia. De nueva cuenta arremetió contra la corrupción de sus antecesores en el gobierno.
“Vamos a seguir limpiando de corrupción, vamos a volver hábito la honestidad y luego se ve si se aumentan los impuestos, y luego se ve si hay una distribución distinta en el ingreso, pero primero no se va a permitir la corrupción y hacer gobiernos austeros”, comentó.
Relató que un gobernador planteó de entrada que tenía previsto en el presupuesto adquirir un avión de lujo para su traslado a la ciudad de México y se cuestionó, ¿para qué requiere un gobernador un avión de lujo? ¿cuántos vuelos hay, por ejemplo, de Guadalajara a la Ciudad de México, todos los días? ¿diez, veinte…?
El jefe del Ejecutivo explicó que los recursos se asignan conforme a un Pacto y Ley de Coordinación Fiscal aceptada por todos. Hizo referencia al mencionado pacto que ha planteado el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien ha recurrido a la deuda porque siempre reclama que las participaciones federales son insuficientes.
López Obrador reconoció que podrían ser insuficientes, pero de todos modos debe haber buen manejo de las finanzas públicas y sobre todo ahorros y sobre todo austeridad republicana.
El pacto toma en cuenta el número poblacional, la pobreza y el crecimiento o los ingresos del estado.
Respecto al presupuesto de los gobiernos estatales, “la mejor forma de que haya una buena distribución de esa riqueza es que haya equidad, que haya justicia y desde luego que no haya corrupción”, concluyó.