BUHEDERA – GUILLERMO FÁRBER
TUMOR
Una señora vecina del minúsculo condominio que habito (Dios la tenga en su gloria) me cuenta que hace unos 20 años tal vez me salvó de un destino incierto. Me encontró en la esquina, a plena luz del día, cubierto momás por una trusa y con un rostro de total confusión (no me mencionó el clima). Me habló con suavidad, me tomó de la mano y me llevó hasta mi vivienda, a escasos metros. Certificó que yo entrara, y cerró la puerta (por fuera, conste). Yo no guardo memoria alguna del hecho. Supongo que eso es lo que les ocurre a los enfermos de Alzheimer. Al poco tiempo de ese evento, en octubre de 2001, me operaron por primera vez de un meningioma en el cerebelo (en Médica Sur de Tlalpan); en 2018 y 2019 soporté otras dos cirugías en la cabeza, una vía bisturí (en San Ángel Inn Universidad) y otra vía radiación (en el ABC de Observatorio). Yo sabía que estaba mal; ahora acabo de descubrir que estaba peor de lo que pensaba.