POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
La presencia de ómicron en España, Australia, Dinamarca, Canadá, Italia, Bélgica, Países Bajos, Escocia, Alemania, Estados Unidos y otros países más ha traído –otra vez– una serie de restricciones tanto para vacunados como para no vacunados con las pautas anticovid.
Además, acontece en un momento en que desde hace semanas atrás hay vendidos multitud de paquetes vacacionales para la temporada decembrina y las fiestas navideñas de Reyes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que las personas mayores de 60 años no viajen fuera de sus lugares de origen, aunque eso sí deja muy claro que desaconseja el cierre de fronteras o la prohibición de vuelos.
En Europa, la Agencia Europea del Medicamento, ha dado luz verde para que empiecen a vacunarse a todos los menores de entre 5 a 11 años de edad con Pfizer-BioNtech, para protegerlos contra el SARS-CoV-2; este grupo etario recibirá un tercio de la vacuna de los adultos y también será repartida en dos pinchazos.
En Madrid, en las últimas horas, se han recibido más de 6 mil peticiones de cita para vacunar a los menores de 11 años de edad en diversos hospitales y centros de salud. La intención es que los más de tres millones de infantes (de 5 a 11 años de edad) que hay en el país ibérico recibirán la primera dosis entre diciembre y enero.
Hay una carrera a contrarreloj porque ómicron está duplicando los casos de contagio en muy corto período de tiempo lo que hace la tormenta perfecta para el sector sanitario europeo que tiene que atender a pacientes por la gripe estacional y a los infectados por coronavirus.
En Reino Unido, el primer ministro Boris Johnson, advierte a su población que en cuestión de días esta nueva cepa será la dominante en la nación insular y señala que no necesariamente causa síntomas leves.
En el caso de España, que ya volvió al riesgo alto, en las últimas 72 horas pasó de casi 200 casos de contagio por cada 100 mil habitantes a duplicarse la incidencia.
La curva matemática señala que ómicron será la dominante a partir de enero en el país ibérico y que en muy corto tiempo controlará la propagación a nivel global.
A COLACIÓN
Las restricciones a los viajes nuevamente ponen en riesgo a un sector como el turismo que ha sido bastante afectado desde que inició oficialmente la pandemia. En Europa, los países empiezan a exigir a todos los viajeros –vacunados o no vacunados– que lleven consigo ya sea una PCR negativa o un test de antígenos y en algunos casos imponen una cuarentena de varios días o bien un test de 48 horas antes de dejar el país que están visitando.
Algunos como Portugal han vuelto al estado de calamidad y avisan que, a partir del 1 de enero, habrá una semana de confinamiento y los niños entrarán al colegio hasta el 10 de enero y se privilegiará el teletrabajo.
Por su parte, Austria ya anunció que la vacunación anticovid será obligatoria a partir de los 18 años desde el próximo mes de febrero y amenaza con sanciones.
La gente quiere fiesta, celebraciones, olvidarse un poco de la pandemia y de la emergencia sanitaria, pero ante todo es una posición irresponsable porque los macrobrotes están dándose en los convites del trabajo.
Hay que hacer un llamado a la prudencia y recordar que todas las vacunas contra el SARS-CoV-2 protegen, evitan que la enfermedad sea dura pero no eluden el contagio y mucho menos cortan la transmisión del patógeno.
En estos momentos, tanto vacunados como no vacunados, pueden transmitir el coronavirus por eso están acelerándose los contagios y surgiendo nuevas cepas. Urge que los científicos logren tener mejores sueros que nos den mayor protección (sobre todo más duradera) y que, fundamentalmente, corten la transmisión del virus. Que tenga una función esterilizante… mientras tanto hay que ser precavidos.
