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No son culpa de las estructuras los derroches y los abusos; son personales

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La austeridad está llegando a todos los sectores, ¿Por qué no puede llegar al INE? ¿De qué privilegio goza?

 

Libros de ayer y hoy

Teresa Gil

[email protected]

 

Los derroches y saqueos en el poder no son culpa de las estructuras. Son meramente conductas humanas que aprovechan la fragilidad de esas estructuras o las interpretan mal. Los desmanes del neoliberalismo, con toda su carga económica y social, son creados y aplicados por el ser humano. En el Instituto Nacional Electoral (INE), quien decide los gastos desmesurados que son criticados desde tiempo atrás, no sólo en este gobierno, son sus propios titulares. Ya se les había echado abajo una lujosa construcción en 2018. Echarle la culpa a una institución del abuso de poder o el abuso en los gastos, como se está haciendo con el INE, se debe a que se engloba un comportamiento a partir de esos titulares. Así se ha criticado en global, en diferentes tiempos, al ejército, a la policía, a la propia presidencia, por no decir a todas las instituciones, a lo largo de los tiempos. Es injusto, a veces, que por la tropelía de unos cuantos se desacredite a una institución, como ha sucedido con el poder ejecutivo en décadas. Ha sido muy claro en las épocas de Díaz Ordaz, Echeverría, Salinas, Calderón, sin dejar fuera a otros. La acción personal no significa tampoco que esas estructuras no estén mal conformadas, ya sea por impericia, ignorancia o mala fe. En el gobierno actual, en el que han sido desalojadas algunas estructuras porque eran utilizadas para el saqueo de los bienes públicos, se actuó a la par: fuera estructuras y personas que las usufructuaban.

 

 

DEFIENDE AL INE EL CONSEJERO JOSÉ ROBERTO RUIZ SALDAÑA

En todo el zafarrancho que involucra al INE, muchos han dado sus opiniones de acuerdo con el puesto que ocupan, Uno de ellos, el veracruzano José Roberto Ruiz Saldaña, ha declarado a medios que AMLO no tiene facultades para crear un plan de austeridad, como lo ha anunciado el presidente. En publicación, el consejero del INE destaca la actividad de ese instituto, no sólo en forma permanente, sino en periodos electorales. Dice que la insistencia de la crítica es sobre los altos salarios que ganan los consejeros. Lo que no aclara Ruiz Saldaña es que el señalamiento al desboque económico del INE viene de tiempo atrás también y que si ahora se suman los partidos opositores para avalar al consejo, tiene mucho que ver con las posturas políticas tan extremas de este momento. AMLO propone evaluar los ingresos del instituto y, en torno a los gastos actuales, dice que se disparan los relacionados con la instalación de casillas, diferentes a los de la consulta popular contra ex presidentes. Resulta paradójico, por otra parte, que quien propone la cuenta pública a discusión del congreso no tenga facultades para mermar esos dineros, cuando se desprenda su uso exagerado. Esta discusión evidencia que el asunto de la consulta todavía adolece de atoros, pese a que el consejero Ciro Murayama ha dicho que las firmas a favor de la consulta de Revocación van viento en popa y serán cubiertas con tiempo.

 

CADA SISTEMA CAMBIA SUS ESTRUCTURAS, PERO NO A LAS PERSONAS

Lo más cercano a los cambios que dio un sistema son los del feudalismo para arribar al industrialismo, que configuró al capitalismo. La historia es larga y los teóricos, sobre todo ingleses, están aún a discusión y cuestiones suyas en vigencia, cuando ese sistema fue cambiando al neoliberalismo. Frente a ellos se erguía la lucha por el socialismo en Rusia y, en México, la salida de un feudalismo a modo, aunque no lo llaman así, que en realidad pasó de un incipiente capitalismo a lo que tenemos ahora. Los teóricos lo han explicado. Todo eso lo refleja la literatura en sus muchas obras, la lucha de los trabajadores ante el nuevo sistema, el feminismo naciente. Las novedades tecnológicas, los tiempos modernos que llenaba de humor el gran Charlie Chaplin en el cine, mientras el romanticismo tardío se enfrentaba a la dureza capitalista expresada en el realismo. Los grandes escritores lo exhibían en sus libros, sin decir nombres de sistemas, como lo hizo Zola en Francia, Tolstoi en Rusia y los autores revolucionarios en México. En su novela, conocida más por su romanticismo, Ana Karenina (Editorial Porrúa 2019), León Tólstoi exhibe realmente el fin del feudalismo en su país con descripciones comunes como el exceso de burocracia en los tribunales, el desplome de los grandes hidalgos, en realidad señores feudales y otros signos evidentes, décadas antes de que estallara la Revolución de octubre. Los ejemplos son muchos, las estructuras cambiaban, pero ciertos sectores humanos seguían iguales como los que vemos ahora en la etapa digital

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