POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
La pandemia ha marcado el destino económico del mundo desde que fue declarada por la OMS, el 14 de marzo de 2020, y para el nuevo año las estimaciones de los principales organismos internacionales también parten atadas al derrotero del coronavirus.
Según pronósticos del Banco Mundial, la OCDE y el FMI, el PIB mundial en 2022 orbitará entre un 4.3%, 4.5% o un 4.9% respectivamente de acuerdo con los economistas de cada organismo.
Para el caso de América Latina, los dos países con mayor preponderancia económica en la región como lo son México y Brasil, que forman parte del G20, las expectativas para ambos son que crecerán la mitad del PIB logrado en 2021.
Este año, México tiene una previsión de un PIB del 3% con el Banco Mundial; del 3.3% con la OCDE y del 4% con el FMI mientras, Brasil su crecimiento será más marginal: del 1.4% de acuerdo con la OCDE; del 1.5% para el FMI y del 2.5% para el Banco Mundial.
La región, en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), experimentará un crecimiento en torno al 2.9% un poco más de la mitad de lo esperado para el año pasado del 5.9 por ciento.
Hay un cúmulo de países que podrían superar un PIB del 3.9% y son: Paraguay 4.0%; Perú 4.44%; Cuba 4%; El Salvador 4.6%; Guatemala 4.0%; y Panamá 8.2 por ciento.
Para la región más transparente, como escribió Carlos Fuentes, la tónica económica estará igualmente condicionada por tres factores: 1) Evolución de la pandemia; 2) avance de las vacunaciones antiCovid; y 3) impacto de las elecciones políticas locales y en algunos países con una alta correlación hacia Estados Unidos, como México, el impacto de la recuperación de la economía norteamericana y las decisiones en tasas de interés que tome la Reserva Federal.
El gobierno del país azteca considerado dentro del espectro neopopulista con el presidente Andrés Manuel López Obrador, está señalado a nivel internacional por su debilidad en el Estado de Derecho con un incremento en los feminicidios y en la persecución de periodistas.
Su evolución económica también estará atada al PIB norteamericano que tiene varias proyecciones de crecimiento: la OCDE lo avizora en 3.7%; el FMI en 5.2% y el Banco Mundial en 4.2 por ciento.
Las decisiones que al respecto de las tasas de interés tome la Reserva Federal provocarán igualmente diversos ajustes en varias economías emergentes y cierta inestabilidad en los mercados financieros.
A COLACIÓN
Con la pandemia muchas economías emergentes han agudizado sus asimetrías, arrastran problemas de inversión, de alto desempleo, un ensanchamiento de la economía informal además de baja productividad.
La urgencia sanitaria ha provocado un incremento de la pobreza y de las desigualdades bastante de lo que se había avanzado en materia socioeconómica con los Objetivos del Milenio y la Agenda 2030 ha vuelto a retroceder con la pandemia.
Brasil que es otro de los países preponderantes estará sujeto a la incertidumbre propia de su proceso electoral. En el país carioca habrá elecciones presidenciales así como para elegir representantes legislativos, la inestabilidad e incertidumbre que añaden las elecciones son un factor de presión sobre de las estimaciones económicas además del golpe de efecto que la mala gestión de la urgencia sanitaria ha tenido y está teniendo en el país carioca. El presidente Jahir Bolsonaro está pensando en presentarse a la reelección mientras que el izquierdista Lula da Silva, por el Partido de los Trabajadores, ya ha manifestado su intención de contender.
El proceso electoral tendrá una primera vuelta el 3 de octubre y una segunda vuelta, el 30 de octubre. Mucho de lo que suceda en Brasil estará marcado por el tema político.