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Consternados e indignados. Así ha manifestado su cercanía la directiva del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) a los jesuitas y a la Iglesia mexicana tras el asesinato en Chihuahua de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar y del laico Pedro Palma.
“Rechazamos y condenamos este infame crimen que enluta e indigna a toda la nación y a la Iglesia católica de nuestro continente, y lo hacemos abrazando y denunciando todas las múltiples expresiones de violencia, abuso y opresión que siguen teniendo lugar en toda nuestra región”, ha dicho.
Creciente violencia
Los obispos del Celam reiteran que “la Iglesia latinoamericana y caribeña, incansable en su trabajo por la reconciliación, la paz y la defensa de los derechos humanos, en especial los de los más vulnerables y excluidos hace un llamado vehemente a las autoridades y al Gobierno Federal para que realicen con celeridad las investigaciones que conduzcan a la judicialización de los responsables de este crimen atroz”.
Aún cuando trascendió que los cuerpos de los occisos fueron recuperados 72 horas después del crimen, los prelados ha señalado que “nos duele la situación de las familias de miles de desaparecidos que conviven a diario con la tristeza y la angustia de no tener noticias de sus seres queridos ni de haber podido dar cristiana sepultura a las víctimas”.
“Nos unimos a nuestros hermanos del episcopado mexicano que en su Mensaje al Pueblo de México ha manifestado su profunda preocupación por la creciente violencia y la pérdida de vidas inocentes que llenan de luto a familias enteras”, acotaron.
Foto: Arquidiócesis de Chihuahua
