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¿Llamado a la unidad? A palabras de borracho…

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ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

Nicolás Guillén, el mayor poeta cubano, autor de unas de las páginas más ‎brillantes del movimiento de la negritud, galardonado por La Casa de las Américas e influencia decisiva en el movimiento cultural continental, decía con justa razón que “el hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño” y que “uno que pierde la esperanza se convierte en reaccionario”.

 

Dentro del amplio catálogo de su obra, se encuentra La Canción del Soldado, que le mereció elogios de los grandes intelectuales, músicos, pintores y poetas mexicanos: Silvestre Revueltas, José Mancisidor, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, entre muchos otros. Es realmente reveladora, y ha acompañado varias luchas de liberación latinoamericana.

‎” Tu eres pobre, lo soy yo;

soy de abajo, lo eres tú ;

¿de dónde has sacado, soldado,

que te odio yo?‎”…

… dice en uno de sus párrafos el poema, tratando de concientizar la condición de clase que puede equiparar el brazo de la represión de las élites con la rabia, la revancha y el resentimiento del pueblo, frente a las irreductibles posiciones de quienes persiguen ahogar a ambos en el enfrentamiento y la miseria.

Con CSG, ajenos al mundo; sólo se oían sus cantaletas

 

Las consignas que acompañaron la rebeldía contra el apartheid, la segregación racial, la discriminación indígena, la intolerancia cultural, la homofobia y la violencia sexual, habían tenido validez en todo el mundo conocido, menos acá en el rancho grande, ¡faltaba más!

Las ideas se discuten y combaten, no se encarcelan, decía Nicolás Guillen, una de las conciencias más lúcidas de la humanidad. Tenía que llegar el tiempo en que resonaran en México sus pensamientos. Nuestro país ya no puede ser ajeno a lo que siempre ha sacudido a otras latitudes en idénticas condiciones de hambre y desesperación.

‎Porque cuando murió, en 1989, se dieron cita en La Habana, aparte de miles de afligidos, centenares de intelectuales del mundo que se presentaron a demostrar su dolor, el adiós solidario, en muchos casos acompañado por los pésames de gobiernos comprometidos de todas latitudes.

La lejanía y displicencia mexicana fueron ostensibles. Aquí se encontraba en el poder Carlos (Salinas de Gortari) de México, y ningún acontecimiento debía ensombrecer las cantaletas de demolición estatal, la obediencia ciega a los financieros neoyorkinos y las promesas inconcebibles de llevarnos, en un chiflido, al Primer Mundo.

 

Los llamados al boicot han prendido en el consciente colectivo

 

Hoy, cuando todo el mundo despierta de la pesadilla neoliberal, y sufre en carne viva los atropellos causados en su economía por esos entreguistas y descocados, que han arrastrado al país hacia la crisis más grande de su historia. Cuando somos víctimas de un modelito de ejercer el poder que alcanzó su clímax con los ignorantes y codiciosos toluquitas, recordamos a Guillén.

Nuestro país está en llamas. Azuzados por infiltrados y esquiroles mandados por el aparato público de represión a saquear, incendiar, demoler, para desvirtuar los justificados gritos de repudio a la destrucción salvaje de nuestra convivencia, a la burla de nuestra miseria económica, no tienen un solo argumento para responder, que no sea la deslegitimación de la lucha.

Llegaron tarde, como siempre. Los llamados al boicot han prendido en el consciente colectivo, miles de negocios gasolineros han cerrado en todo el país, por la respuesta que han adoptado los mexicanos de no hacer el caldo gordo a los que sólo vienen por nuestro dinero‎, a los que no les alcanza el fantástico presupuesto aprobado para saciar su confort.

 

Los soldados se resisten a arremeter a mansalva contra el pueblo

 

La voz de Nicolás Guillén ha calado en los aparatos verde olivo de represión. Miles de soldados en uniforme oficial e incluso los disfrazados bajo otras casacas federales y locales, se resisten a arremeter a mansalva contra el pueblo, porque se dan cuenta que son también afectados en su economía familiar por las mismas decisiones esquizofrénicas, nacidas del vientre y el catatonismo de la rapiña toluquita.

‎Tolucos y pachuquitas deben reflexionar seriamente, si acaso saben lo que significa el concepto, sobre el tamaño de su estulticia. El pueblo, uniformados y civiles, no se ha tragado las aldabas de sentimentalismos artificiales de lectores de teleprompter, ni de explicaciones ñoñas sobre la inminencia de sus atracos a los bolsillos.

‎El pueblo sabe que los cientos de miles de millones que persiguen van a parar a la insaciable corrupción de un equipo que ya fue diseñado para servir los caprichos de Donald Trump, de fruncionarios que se muerden la lengua cuando tratan de decir que, si no fuera por los gasolinazos, tendrían que cancelar gastos sociales, recortar presupuestos o pedir prestado al extranjero.

 

Los soldados se resisten a arremeter a mansalva contra el pueblo

 

 

‎Después de medir el execrable tamaño del atraco y las fantásticas cantidades en moneda verde y de cuño corriente que reporta a los intermediarios gubernamentales el negocio de la importación de gasolinas extranjeras, base real de la negación a construir refinerías y el abandono a la industria petroquímica, ha puesto un alto a la barbarie económica, a la sangría de su dinero.

No se ha dejado ir con el trapo insulso de que, si no se importaran gasolinas, tendrían que cancelarse los programas para el campo, cerrar Liconsa y dejar de abastecer la leche popular, o disminuir las atenciones del Seguro Social. Tampoco ha creído que con el dinero de nuestros impuestos, cobrados draconianamente, funcionarán en adelante y ya no se embarcarán en mayores deudas impagables.

Simplemente, porque todo eso ya está comprometido en los presupuestos públicos aprobados por el Congreso. Es utilizar palabras falaces para consumar los desfalcos. Justificar, a toro pasado lo que jamás han hecho en estos desgraciados cuatro años que lleva la explotación popular de la tolucopachucracia en el poder.

 

La tolucopachucracia ha colmado la paciencia hasta de los sumisos

 

El pueblo asume que tolucos y pachuquitas están reflejando su desesperación, su molicie y su engañifa descubierta. Y responde: a palabras de borracho, oídos de cantinero. Ni una copa más para estos dipsómanos obsesivos, enfermos de dinero ajeno, ni una oreja más para las promesas de redención manipulada que han colmado la paciencia de los sumisos.

‎¿Cómo se atreven a decir los toluquitas que ya no acudirán a las ventanillas neoyorkinas a pedir más dinero para seguir sus “bisnes”, si días antes de echar a andar la maquinaria fiscal de los gasolinazos, la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público de El Guasón Meade, lacayo de Vi(rey)garay, boletinó oficialmente que a partir de enero empezaban las gestiones para endeudarse por 500 mil millones de pesos más?

¿Cómo se atreven a balbucear que ya no harán recortes presupuestales contra los jodidos de siempre, si ya estaba el hacerlo entre sus programas que incluyeron en sus Criterios de Política Económica presentados en la Cámara de Diputados?

¿Cómo tienen el morro de apelar al gasto en los programas sociales Prospera, Procampo, el Seguro Social, Liconsa y demás, si es un hecho que se trata de balandronadas que han relegado a ciencia y paciencia, sacrificándolas cada vez que han querido, en función de negocios particulares más redituables para su bolsillo?

 

¿Hasta dónde resistirá la paciencia y las necesidades de la gente?

 

Desde que llegaron al poder, los servicios asistenciales y médicos , créditos, vivienda, alimentación, seguridad, infraestructura y gastos sociales han pasado a ser una quimera angustiosa para la gente, dolida y resentida por su ambición desenfrenada, por un cataclismo de voraces que no tienen sustento ni fin.

‎No sabemos cuánto podrá durar el boicot. Hasta dónde resistirá la paciencia y las necesidades de la gente aguantar el consumo medido de sus satisfactores. Es una repulsa de conciencia. Lo que es un hecho es que su voz se ha hecho escuchar. México ya no es el mismo, desde que los mentecatos le tocaron los huevos al tigre. Las nuevas generaciones lo agradecerán, mientras, los anodinos gerifaltes, lo seguirán denostando.

 

Las de EPN son actitudes y gazapos de un mal cómico de carpa

 

‎Dice Peñita que si no somos serios para apoyar sus decisiones de bandolero, sus huecos llamados a la unidad, entonces sí el mundo nos tomará en serio. Sus actitudes y gazapos son los de un mal cómico de carpa, que hace mucho tiempo ha sido vilipendiado por todo el mundo. Mueve a risa y lástima, a humor negro, su desvencijada y maquillada presencia, anticlimática y perversa.

‎Lo dicho: a palabras de borracho, oídos de cantinero.

¿No cree usted?

 

 

Índice Flamígero: Envía uno de los lectores del Índice, quien pide el anonimato, una misiva en la que comenta la (lamentable) situación del PRI en Veracruz –tema que ayer abordó con gran conocimiento y estilo el colega Aurelio Contreras–, a raíz de la defenestración de Amadeo Flores y la unción de quien fuera su secretaria general Regina Vázquez Saut: “Esta política priista del sur de Veracruz (mi región de origen) tiene una historia increíble… si no fuera el PRI. Su padre Cirilo Vásquez fue un pistolero, matón, señor de ‘horca y cuchillo’ que declinó solo durante el sexenio inconcluso de Fernando Gutiérrez Barrios, quien al acceder a la gubernatura exilió a tres de esa calaña: Cirilo Vásquez, en el sur de la entidad, en el centro Gargallo y en el norte Hernández. Aplacó la violencia en Veracruz. Muerto Gutiérrez Barrios le sucedieron políticos blandengues: Miguel Alemán que concertó un crédito por 3 mil 500 millones (de ahí salío su línea aérea) que dejó endeudado a su sucesor, el corrupto Fidel Herrera. En ese sexenio Cirilo, reintegrado a su región fue acribillado, pero sus dos hijas, Fabiola y Regina, fueron incorporadas a la política por Fidel Herrera. De ahí pa’l real. Ahora son las cacicas en el sur. Se suceden como diputadas y presidentas municipales en Cosoloeacaque. Construyeron una estatua a la entrada de Acayucan a su padre donde lo elogian como demócrata y casi un Quijote redivivo, agrandaron su imperio y mangonean en todo el sur bajo la pasiva mirada del saqueador Duarte de Ochoa y todo parece indicar que también del dizque panista Yunes Linares. Lo tremendo es que en Veracruz, con singular descaro se encaramen en la política estatal y devengan ‘legisladoras’ que han escalado en el fangoso PRI por la vía de los Amasiatos y la violencia paternal y la propia. Una vuelta por Acayucan le permitiría corroborar mis afirmaciones.  Obvio, le pido no me mencione. Pero cualquiera le corroborar esta información. Saludos”. Y en nuevo correo añade: “Olvidé decirle que entre los posibles ‘candidotes’ al gobierno de Veracruz está Alejandro Montano ‘licenciado’ y que tuvo el distinguido cargo de guarura de Miguel Alemán Velasco. ¡Así se cuecen las habas en el Veracruz Mártir! + + + Don Alfredo Álvarez Barrón se refiere hoy a la notita que apunta que “un numeroso grupo de ex trabajadores petroleros prepara una denuncia penal en contra del senador Carlos Romero Deschamps, en donde lo acusan de ser el principal chupaductos de gasolina en el país…”, lo que da pie para que El Poeta del Nopal se regodee: “No queda en las tierras magras, / a salvo ningún reducto, / primero fue el ‘Chupacabras’ / ¡y ahora es el ‘Chupaductos!’”.

 

www.indicepolitico.com / [email protected] / @pacorodriguez

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