En las nubes
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Los hombres públicos no desean que el pueblo se entere de su deshonestidad. Ni modo.
Acaban de evidenciarlo al retrasar la reforma para fortalecer al Instituto Federal de acceso a la Información. La dejaron para “mejor” fecha. No quieren limpieza, única vía para combatir la corrupción, a la que quiere desterrar el jefe del ejecutivo. Es indispensable, por supuesto, la claridad y rendición de cuentas, no solo de los diputados y senadores, sino de todo aquél que maneje fondos públicos. El IFAI demandó al Congreso aceptar sus resoluciones de incluir como sujetos obligados de transparencia a los partidos políticos. La Cámara Alta lo aceptó y turnó a la Baja su decisión. La reforma, a discutirse y aprobarse en un periodo extraordinario de sesiones, se excluyó a petición del grupo tricolor, en un acto de insensatez. Debe recordárseles que ya no son tiempos de propiciar la opacidad de ningún órgano de gobierno o de alguno de los poderes de la unión, ni de instituciones que viven del erario. Es de la comprobación de probidad en el manejo de los fondos. De la apertura que refuerce la credibilidad que han perdido los mexicanos en sus instancias de Gobierno y legislativas.Los diputados insisten en que la demanda del IFAI no sea in atacable, como acepta el senado. Pretenden perpetuar la falta de nitidez oficial. Poner trabas a la limpieza que reclama y siempre demandará el pueblo que les paga: el saber en que se usa su dinero. Claro que bloquear la reforma aprobada ya por la Cámara Alta les permitirá el usufructo continuo, en la oscuridad, de los recursos que son de todos y no sólo de ellos. Respetar, promover y garantizar el derecho de acceder a la información de los poderes del Estado, tanto federal como estatales y municipales; de sindicatos, partidos políticos; de quienes manejan dineros públicos es la esperanza de un reclamo que atendió el joven Jefe del Ejecutivo, pero que el tricolor tergiversa y da largas en espera que, como otras muchas demandas, se olviden al ciudadano. Múltiples organizaciones civiles reclamaron a los diputados federales comportarse con civilidad y entender que el reclamo es general y debe cumplirse a cabalidad en bien de ellos, principalmente y de todos los que estamos hartos de tanta inmundicia oficial, que brota incesantemente no nada mas en el legislativo, sino en las empresas paraestatales, descentralizadas, desconcentradas. En una frase: en todas las oficinas que viven del sudor ajeno, de quien trabaja, de quien paga sus emolumentos. Y de quien, unos y otros, todos, se burlan cotidianamente.
