Columna Mensaje Político
- Reacomodo en la bancada panista
- Preciado espera su timming político
Alejandro Lelo de Larrea
Ernesto Cordero ha resistido la embestida de Gustavo Madero, líder nacional de su partido, y aun públicamente conserva el supuesto apoyo de 23 de los 38 senadores del PAN, porque sigue siendo presidente del Senado de la República.
Sin embargo, como no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, la fuerza política de Cordero caerá severamente a partir del 1 de septiembre, cuando deje de presidir la Cámara Alta y sólo sea uno más de los 128 senadores, sin cargo alguno en la mesa directiva y tampoco al frente de ninguna Comisión Legislativa.
Desde ese día, todo el equipo de asesores de Cordero, que cobra en la Mesa Directiva del Senado, empezando por Juan Ignacio Zavala, cuñado del ex presidente Felipe Calderón, dejará de tener esa prerrogativa, y tampoco pasarán por sus manos las autorizaciones de viajes y tantos asuntos administrativos y legislativos que decide el presidente del Senado.
También los “amigos” senadores de Cordero, que presiden Comisiones, podrían ser relevados de éstas si así lo decide el coordinador parlamentario, Jorge Luis Preciado, pues no hay que olvidar que en el reparto de Comisiones éstas son para la bancada, no para un legislador en lo personal.
Acaso por esta razón de tiempos políticos es que Preciado se ha mostrado tan sereno y despreocupado en las últimas semanas, sobre todo cuando le cuestionan que sólo tiene el respaldo de 13 de los senadores del PAN. Tranquilamente responde que en la bancada hay unión y liderazgo.
Por supuesto que Preciado tiene bien calculados los vientos políticos, que en los próximos días soplarán completamente a su favor y en contra de Cordero.
Y no sólo lo sabe por lógica política, sino porque de acuerdo con panistas consultados, en las últimas semanas han desfilado por su oficina más de una docena de los senadores que supuestamente apoyan a Cordero, para expresarle, nos cuentan, su reconocimiento como líder de la bancada panista, así como el compromiso de apoyarlo, a cambio de que sus canonjías permanezcan intocadas.
Las mismas fuentes panistas consultadas nos afirman que después del 1 de septiembre a Cordero no lo apoyarán ni siquiera 10 de los senadores que hoy le ofrecen su supuesto respaldo.
De quienes confían van a seguir respaldando a Cordero, mencionan a quienes llaman los dos principales “instigadores” de Cordero: los senadores Javier Lozano Alarcón (ex secretario del Trabajo y quien fuera representante del gobierno de Puebla en el DF, en los tiempos del Gober Precioso, Mario Marín), así como el ex secretario particular de Felipe Calderón, Roberto Gil Zuarth.
También creen que serán incondicionales a Cordero los parientes del ex presidente, la hermana, Luisa María Calderón, así como la prima política, Mariana Gómez del Campo Gurza.
De entre los senadores que, dicen los panistas, difícilmente arriesgarán ser destituidos de la presidencia de Comisión que presiden, mencionan los casos de Gabriela Cuevas, quien encabeza la de Relaciones Exteriores; Adriana Dávila Fernández, que dirige la Comisión de Contra la Trata de Personas.
Otros casos son: Fernando Yunes Márquez, quien preside la Comisión de la Defensa Nacional; Francisco García Cabeza de Vaca (por cierto, de muy mala fama), presidente de la Comisión de Reforma Agraria; Martha Elena García Gómez, presidenta de la Comisión Especial de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia, y Silvia Guadalupe Garza Galván, presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático.
También podemos mencionar a Raúl Gracia Guzmán; presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, Primera; Jorge Luis Lavalle Maury, presidente de la Comisión de Administración; Francisco Salvador López Brito; presidente de la Comisión de Pesca; Octavio Pedroza Gaitán, presidente de la Comisión de Desarrollo Municipal, y Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación.
Acaso José Rosas Aispuro Torres, vicepresidente de la Mesa Directiva, y Rosa Adriana Díaz Lizama, secretaria de la Mesa Directiva, querrán al menos permanecer en sus respectivos encargos, y ello les incentive a respaldar a Preciado.
Otros senadores que podrían ver sus bonos acrecentarse si dejan de apoyar a Cordero y respaldan a Preciado e incluso alcanzar la presidencia de alguna comisión o cargo en la Mesa Directiva, son: Luis Salazar Fernández, Fernando Torres Graciano, María del Pilar Ortega, Francisco Domínguez Servién, Fernando Herrera Ávila, Carlos Mendoza Davis y Sonia Mendoza Día.
Así, será hasta después del 1 de septiembre cuando se mida realmente cuántos son los senadores panistas que continúen en la rebeldía, apoyando a Cordero, y cuántos deciden alinearse al liderazgo de Jorge Luis Preciado.
