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Francisco Rodríguez
De una cosa podemos estar seguros: que el “empresario” Susumo Azano Matsura extiende sus tentáculos con el claro objetivo de continuar defraudando al erario, cual fue el caso de los 5 mil millones de pesos que facturó a la Secretaría de la Defensa Nacional –con un sobreprecio de 875%– por equipos de espionaje de manufactura israelí ¡que aún no ha entregado a los militares!
Azano Matsura, de cuya cuestionable trayectoria le he platicado aquí en anteriores entregas, ha buscado que, tanto el subsecretario de Gobernación Luis Miranda, como el gobernador jalisciense Aristóteles Sandoval, lo acerquen al Presidente Enrique Peña Nieto, al parecer sin éxito hasta ahora.
Por tal es que, tanto en las múltiples páginas en la red que le administra su empresa de relaciones públicas, como en su propios perfiles de la red social Linked In, Susumo Azano menciona que en su otra compañía, Security Tracking Devices, tiene como CEO a Walter Meade, mismo que menciona en cuanta reunión puede su cercano parentesco con el ahora secretario de Relaciones Exteriores José Antonio Meade.
Y Meade, recuerde, fue el sucesor de Ernesto Cordero en la Secretaría de Hacienda del fatídico calderonato.
Se lo recuerdo, disculpe usted, porque para nadie es un secreto que durante la campaña para obtener la candidatura del PAN a la Presidencia de la República, Ernesto Cordero, tuvo uno de los bunkers de Azano, en el Paseo de las Palmas 405, Piso 9, en donde según el personal de seguridad del edificio no solamente el señor Cordero asistió en reiteradas ocasiones, así como Cristina Keller su esposa. Ahí se ubicó el centro de operaciones en donde laboraron más de 50 personas.
Ahí, el objeto básico era el manejo de imagen en redes sociales –bueno, este era al menos la fachada de la operación–, aunque en realidad montaron un operativo durante más de seis meses para espiar a sus posibles rivales políticos, de prácticamente todos los partidos. Enrique Peña Nieto y sus colaboradores incluidos.
Y ¿quién pagaba los sueldos, la infraestructura, las rentas…? Pues el señor Azano Matsura.
AZANO, MECENAS DE CORDERO
Buena parte de la fallida precampaña de Ernesto Cordero fue sufragada por Azano –¿con parte de lo que cobró de más, mucho más, a la Defensa Nacional?–, pues según personas allegadas al administrador del aeropuerto de Toluca, el ahora todavía presidente del Senado usó en no pocas ocasiones algunas de las aeronaves propiedad de Azano, incluyendo un avión Hawker, para sus giras en busca de adeptos.
Al edificio de Lomas de Chapultepec llegaban muchos políticos de diversos partidos políticos. No sólo del PAN, también del PRI y del Verde, como lo muestran los videos de seguridad del edificio del número 405 de Palmas. Uno de los más asiduos era el ex dirigente formal de Acción Nacional, César Nava, quien también es beneficiario inmobiliario del Azano Matsura.
¡Vamos, todos los personajes cercanos a Ernesto Cordero sabían de la existencia del búnker desde donde se espiaba a Peña Nieto! Alguno de ellos se acercó, incluso, con el personal de seguridad del edificio para borrar algunos videos de las visitas a dicha oficina.
Le cuento esto porque resulta que los dos últimos contratos con la Secretaría de la Defensa Nacional fueron autorizados en el mes de marzo de 2012.
En ese momento Cordero ya no era secretario de Hacienda. Lo era uno de sus pupilos y ahora flamante secretario de Relaciones Exteriores: José Antonio Meade.
¿No es casualidad, entonces, que el señor Walter Meade ahora dirija los destinos de esta empresa?
SEDENA: AGUANTA VARA
A todo esto, su “cliente reprimido”, la Secretaría de la Defensa Nacional, se encuentra atada de manos para pedir cuentas y recibir los bienes y servicios que esos multi-publicitados contratos por un valor superior a 2 mil millones de pesos, de los 5 mil millones de pesos que fueron contratados.
Y es que hasta el momento la empresa Security Trancking Devices no ha cumplido a cabalidad las obligaciones derivadas de estos contratos. Lo grave es que pareciera que alguien de alto nivel aún ejerce influencia sobre los funcionarios de la Defensa Nacional, quienes se han abstenido de actuar en contra de Security Tracking Devices por su incumplimiento.
Así las cosas, la famosa plataforma de espionaje ¡todavía no está en operación!
Y los militares siguen aguantado vara.
Porque, al interior de la Sedena, todos saben que la Sección Segunda, encargada de inteligencia, tiene mucha información de esto que les menciono. Pero que según el Alto Mando no quieren utilizarla aún por los daños colaterales que esto causaría en tiempos de negociación política.
La utilizarán, en su momento.
Ojala.
Índice Flamígero: Me lo advirtió uno de mis contactos: “Azano tiene bajo ataque tu página de internet”. No sólo eso. Desde hace días, ha intentado hackear mis comunicaciones electrónicas, cual me lo advierte el navegador Chrome, de Google en todos mis equipos. Al intentar abrir cualquier página, aparece de inmediato una en color rojo que, entre otras cosas, advierte: “Se ha insertado contenido de www.my-http-server.com, un distribuidor de software malicioso conocido, en esta página web. Si accedes a ella, es muy probable que tu ordenador se infecte con software malicioso.” ¿Casualidad? ¿Habrá muchas personas interesadas en reemplazar mis páginas y hacer una denegación de servicios? Por su parte, el señor Azano pavonea su relación con el círculo cercano del poder de la naciente administración a través de sus súbditos Raúl Libien y César Cortés, ante funcionarios de combate a la delincuencia, tanto federales como del Estado de México, mostrando soluciones de lo que él llama “guerra electrónica” para espiar desde Blackberrys hasta suplantar páginas y atacar sitios de internet no amigables del gobierno. ¿Estará enterado el Presidente de quienes están fraguando negocios con este “empresario”, a quien hago responsable de mi seguridad y de la de mi familia?
