Rompecabezas
Abel Luna
- El vértigo legislativo
- ¿Abrirán arcas sindicales?
ENTRE EL GRAN cúmulo de iniciativas, leyes reglamentarias y las propuestas para modificaciones a algunos artículos constitucionales, el panorama legislativo está cagado a su límite. Pero, dentro de ese vértigo, debe apuntarse la necesidad de que diputados y senadores de ninguna manera aceleren los procesos para darle salida a las iniciativas y dictámenes sin llegarse al fondo de las propuestas; el país les agradecerá que hagan su trabajo con la debida profundidad, dándose el tiempo adecuado para los respetivos análisis.
Entre los planteamientos legislativos está la reforma energética, que ha desatado pasiones de diversos tipos. Este lunes, por ejemplo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en un acto multitudinario en el Monumento a la Revolución, dijo que pueden realizarse cambios en la paraestatal Petróleos Mexicanos sin llegar a extremos de la privatización (ese término recurrente en los documentos y propuestas que hemos escuchado en los últimos días, y dada su recurrencia pareciera ignorarse su significado), dándole un nuevo régimen fiscal, reduciendo su tributación al fisco que ha literalmente “sangrado” sus ingresos, que sólo el año pasado implicaron más de 900 millones de pesos y en los últimos 12 años llegaron a los 7 billones de pesos. Contrario a las posiciones oficiales, afirma el hijo de Lázaro Cárdenas del Río, Pemex sigue siendo una empresa competitiva, con costos menores a los de las transnacionales Exxon Mobil, ENI, Petrobras y Chevron.
A SU VEZ, este martes, en la Cámara de Diputados, los grupos parlamentarios de los partidos políticos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México, dieron a conocer que con miras al periodo extraordinario (del 21 al 23 de este mes)plantearán la reforma al sector energético “sin privatización, con certidumbre jurídica para la participación de la inversión pública y privada mediante contratos de utilidad compartida, apertura en petróleo, gas y electricidad con estos instrumentos legales”, Así, textualmente, se dio a conocer a la prensa en comunicado de prensa en donde también señalan los dos partidos que impulsarán también las reformas financiera, (incluyendo las leyes reglamentarias en Telecomunicaciones, en Competitividad, y Educativa), Además prevén que será analizada la reforma constitucional para “dotar de autonomía constitucional al Instituto Federal de Acceso a la Información” impulsando la integración de comisionados “que cumplan con un perfil profesional equivalente a los ministros de la Corte, dispondrán de inatacabilidad en las resoluciones”.
ADEMAS PLANTEAN, EN pocas palabras, sin llegar a mayores datos, que “sindicatos y partidos políticos serán nuevos sujetos obligados en los términos establecidos por las leyes que les rigen”. ¿Eso implicará que los propios priistas y sus aliados pevemistas ahora sí obligarán a sindicatos y partidos políticos a hacer públicas sus cuentas? ¿ a darle información fidedigna y confiable a sus agremiados de los destinos de los recursos que han recibido de las arcas públicas? En este sentido, baste mencionar a los sindicatos Nacional de Trabajadores de la Educación, ahora comandado por Juan Díaz de la Torre, y el de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, encabezado por el senador Carlos Romero Deschamps y su grupo de allegados?, ¿Veremos que ahora sí se echarán abajo los privilegios sindicales que durante años dieron la fuerza corporativa al Revolucionario Institucional, mediante el llamado “voto duro”?
DE ACUERDO CON los resultados de las investigaciones realizadas por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), de la Cámara de Diputados el 75 por ciento de los entrevistados contestó que los programas sociales seguirán siendo utilizados para la obtención de votos. Inclusive el 78 por ciento de los entrevistados dijeron que los tres principales partidos (Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática) tampoco respetarán sus acuerdos de NO utilización de esos programas con fines políticos. Asimismo, el 52 por ciento mencionó que si le ofrecieran ser beneficiario o seguir recibiendo el apoyo de algún programa social a cambio de que vote por un partido político lo rechazaría. Como puede verse no hay nada nuevo bajo el sol, mientras esos partidos siguen usufructuando sus respectivas clientelas políticas sin que haya poder en estas tierras que cambie la situación o detenga esa dinámica que se ha mantenido en toda la etapa posrevolucionaria..
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