Mutantes
Carlos Ferreyra
Aunque lo suponíamos, los trascendidos sobre declaraciones y contradicciones entre el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, confirman que las autodefensas, los comunitarios o como quiera llamárseles, son alentados por el Gobierno Federal.
No es asunto menor, puesto que los paramilitares, al estilo de las Autodefensas Unidas Campesinas (AUC) de Colombia, en México se han apoderado de más de la mitad del territorio de Guerrero, y ya están en la tercera parte de Michoacán.
Estamos hablando de zonas donde sólo rige la ley de los dirigentes de estos grupos que, en el caso de Guerrero, por confesión de parte, y por tanto relevo de pruebas, el gobernador Ángel Aguirre Rivero admite que este año les regaló once millones de pesos para comprar armas –de uso militar–, uniformes, vehículos algunos blindados y, lógico, dinero en efectivo puesto que se trata de campesinos que deben alimentar a sus familias y por andar en la revuelta han descuidado sus labores.
Pero dicen que este año el campo será revitalizado para superar el déficit en la producción de alimentos. La situación descrita en Guerrero es buena también para Michoacán, aunque aquí la confesión y el relevo de pruebas queda a cargo de Osorio Chong quien ordenó que fuerzas federales protegieran al líder rebelde de la zona, el médico José Manuel Mireles a quien, después de accidentarse en una avioneta, se ordenó trasladar a la ciudad de México en medio de fuertes medidas de seguridad.
Para Osorio Chong, Mireles es un luchador contra los Caballeros Templarios, sustitutos de la Familia Michoacana, cuyo líder, Servando Gómez, La Tuta, tiene amenazado de muerte al ahora protegido de las autoridades federales, y es natural que así sea, inmersos en una lucha a muerte por el control territorial de la entidad. Por cierto, como dato curioso: el hospital, Médica Sur, donde está Mireles, es el mismo donde estuvo Andrés Manuel, lo que en un país de desconfiados, hace pensar que El Peje cuenta con protección y patrocinio del Gobierno Federal, porque calma las ansias de los opositores más radicales y de allí su ausencia en la parte más álgida de los desacuerdos por el tema petrolero; infarto o no, por lo menos se esperaba una opinión, una directriz que nunca llegó.
Para el gobernador Fausto Vallejo, José Manuel Mireles no es un héroe sino la cara abierta del Cártel Jalisco Nueva Generación, que resultaría a fin de cuentas su patrocinador principal. El cártel mencionado, tras el desplazamiento de los Zetas se convirtió en el enemigo jurado de los Templarios, tarea que supuestamente cumplen los comunitarios.
Y cuidado con esta opinión, Fausto es un viejo morador de Michoacán donde se conoce todo mundo, donde se sabe por dónde se mueven y qué hacen cada uno de los habitantes de las pequeñas poblaciones de la Tierra Caliente. No hay dónde esconderse ni cómo ocultar mañas y medios de subsistencia.
En Tamaulipas en un hecho que no es novedoso, los narcos repartieron roscas en los barrios humildes de las principales ciudades de estado. Si recordamos antecedentes, los narcos han construido iglesias, escuelas y clínicas para la salud de los marginados. Eso motivó a un obispo norteño a razonar que las limosnas de los traficantes de drogas “se limpian” en el momento en que entran a servir a la Iglesia.
Ante la impotencia del Estado para enfrentar a los delincuentes, se recurre a un expediente que históricamente demostró su peligrosidad: el aliento para la formación de guardianes civiles con poderes no legales. A las autoridades se les cuestiona y se les somete al juicio de otras instancias como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a los comunitarios y defensas campesinas nadie les impide cometer abusos y delitos que van desde el virtual secuestro de personas, hasta el asesinato o “ejecución” mediante juicios sumarios en plaza pública y a mano alzado de los asistentes. Votación democrática para asesinar.
En sucesivos reportajes el periodista Juan Pablo Becerra relató la sustitución de Templarios por comunitarios. Todo siguió igual o peor porque los mismos impuestos ilegales fueron aplicados por los defensores del pueblo, mientras los delincuentes organizados, tranquilos, se apropiaban de las exportaciones de aguacate, limón, papaya y otros productos de la región.
Da la impresión de que mientras esto sucede, autoridades y civiles armados miran hacia otro lado. Hay quien sospecha que los segundos y los malos son los mismos; enmedio las autoridades haciéndole al Tío Lolo con declaraciones tonantes, promesas que no pueden cumplir dejando que el tiempo acomode todo. En Michoacán hay un refrán que dice: rodando rodando la carreta, se acomodan las sandías. Y eso esperan.
