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Buhedera: Falsa

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Guillermo Fárber

Me dijo que sin mí no podría vivir, ¡y la muy mentirosa sigue viva!

 

 

HACKEADO 

Varios queridolectores me reportan esto: “Google tiene varios días reportándome la Buhedera como un mensaje malicioso, y pese a que le doy click a la opción Ignore, continúa llegándome. Te lo comunico para tu conocimiento, únicamente; por supuesto que sigo leyéndote.” La advertencia dice: Be careful with this message. It contains content that’s typically used to steal personal information. Learn more.” Y sí, es un hacker que no hemos logrado extirpar. Mientras tanto, Gmail dejándose hacer.

 

PRIVACIDAD

Me mandan este sitio: http://showmystreet.com/ Busco mi calle y me encuentro con una foto de ¡mí! Estoy de espaldas, con sombrerito y todo, abriendo la puerta de la calle (o cerrándola, no sé). Ni cuenta me di de que me estaban fotografiando a quemarropa, lo cual es extraño y no. No, porque soy tan distraído que suelo no darme cuenta de nada a mi alrededor; y sí, porque la calle es una cerradita y como de costumbre se ve totalmente despejada. Como sea, esa cosa extraña llamada “privacidad”, que tal como la conocimos (remarco el tiempo pasado: conocimos, no conocemos) existió durante un breve lapso de la humanidad menor a dos siglos (y que tanto disfruté al llegar a esta anónima Corruptitlán de mis Pecados desde mi Mahatlán de ojos ubicuos), ha muerto. Un repaso histórico de este fenómeno social dice: “Fueron pasando los siglos, y el concepto de privacidad –de diferenciación entre aquello sujeto a participación pública y aquello que se quedaba en el ámbito estrictamente doméstico– fue variando, aunque durante mucho tiempo una verdadera privacidad no existió en la práctica. Valga la costumbre, en el caso de las testas coronadas, de consumar el matrimonio delante de una pléyade de nobles y eclesiásticos que servían como testigos de que la unión carnal se había producido, por ejemplo. Los nacimientos y las muertes de los reyes estaban considerados acontecimientos de interés público, puesto de su autenticidad solían depender minucias como la guerra o la paz). Y es que en aquella época, cuando la mayor parte de la gente vivía en pequeñas comunidades donde todos se conocían, el concepto de intimidad no podía ser más que precario. Algo tan cotidiano hoy día como la lectura en silencio, no se implanta fuera de los monasterios hasta el siglo XV (coincidiendo con la invención de la imprenta, aunque tal vez no sea correcto usar aquí el verbo coincidir), y el acto de leer era un hecho totalmente público. Según se dice, San Ambrosio en el siglo IV leía, a solas, en silencio, llamando poderosamente la atención de sus coetáneos; y es que el hecho de que no se supiera lo que estabas leyendo podía convertirte en sospechoso de leer libros prohibidos. Es a partir del siglo XIX cuando nace el concepto de privacidad más reciente. La concentración de la población en grandes ciudades a partir de la revolución industrial hace que el anonimato aumente considerablemente, puesto que ya no es posible conocer, aunque sea de vista, a todos los habitantes. En paralelo, los avances en higiene y salubridad en los ámbitos de la salud pública, hacen que las necesidades fisiológicas se realicen en privado, así como los más frecuentes baños. Dentro del hogar, donde la intimidad era también bastante quimérica, poco a poco se fue logrando que cada miembro de la familia dispusiera de cierta parte de espacio propio.” Hoy, la nueva aldea global (y las tecnologías del espionaje) han vuelto a desaparecer por completo el concepto de privacidad, que fue oooootra de las bendiciones de que gozamos losbaby-boomers y que no conocerán ni por encimita nuestros nietos.

 

COADICTOS

Si te aferras a quien no te quiere, es como si lo hicieras con un cactus: mientras más te aprietes, más daño te haces a ti mismo.

 

QUE TE VAYA BIEN

Te desearía lo mejor… pero ya me tuviste.

 

OOOOOOMMMMMM

Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.

 

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