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El 10 por ciento de los más pobres con el 1.6 % del ingreso nacional; 10 de los más ricos el 35.7
Ignacio Álvarez Hernández
.En el último estudio realizado en 2012, el 10 por ciento de la población más pobre recibía apenas el 1.6 por ciento del ingreso nacional, mientras el 10 por ciento más rico obtenía el 35.7 por ciento. Además, el número de pobres aumentó en cuatro millones respecto a 2008, con lo cual sumaron 53 millones 227 mil.
Señalaron que incluso las grandes empresas que presumen de tener alta tecnología y personal calificado, como las armadoras automotrices, se pagan salarios bajísimos, el equivalente a cuatro dólares por hora, mientras que en otras naciones como Alemania, se pagan 52 dólares por hora
Por ello señalaron que la recuperación del poder adquisitivo del salario no es un tema de consulta como lo promueve el PAN, sino de decisión política para construir un gran acuerdo nacional, cuyo objetivo sea el crecimiento económico, el fomento al empleo bien remunerado y el combate a la desigualdad social, afirmó el vicecoordinador perredista, Miguel Alonso Raya.
Al pronunciarse en torno al debate propuesto por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, sobre los salarios mínimos, el legislador apuntó que se trata de un tema imprescindible, urgente y absolutamente pertinente para propiciar igualdad y equidad en el país dado que, por la caída en el poder de compra de los salarios, ha sucedido exactamente lo contrario.
Apuntó que pese a lo establecido en el artículo 123 de la Constitución, en el sentido de que los salarios mínimos deberían ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia –incluida la educación de sus hijos-, desde hace tres décadas los trabajadores han perdido tres cuartas partes de su salario.
Así, de 1982 a 2014, el poder de compra se redujo 67.5 por ciento, pero si se toma como referencia 1977, la caída es de 72.5 por ciento. Esto contrasta con el hecho de que entre 1934 y 1982 se había incrementado 54 por ciento.
Actualmente los trabajadores que reciben hasta un salario mínimo son cerca de 10 millones, equivalente al 23 por ciento de la población económicamente activa ocupada. Sin embargo, hasta el 70 por ciento de los nuevos trabajadores son contratados con salarios bajos.
Desigualdad empobrecedora
“Nuestro país sigue con la lamentable política de querer atraer inversión y elevar la productividad con las “ventajas comparativas” de los bajos salarios. Como sabemos, esto no ha sucedido en 30 años y, por tanto, no tiene sentido seguir en esa línea”, puntualizó el líder parlamentario.
Destacó nuevamente el contraste de los últimos 30 años con lo sucedido entre 1934 a 1982. Mientras en este periodo el crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 6.1 por ciento, de 1983 a 2013 apenas fue de 1.9 por ciento.
De acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval), para adquirir una canasta básica rural de una familia promedio de cuatro personas se requieren 1.7 salarios mínimos; para una canasta ampliada rural, 2.5; para una canasta básica urbana, 3.2; y para una canasta ampliada urbana, 5.1.
Si en este momento se quisiera recuperar el poder adquisitivo de los salarios perdidos históricamente desde 1977, se necesitaría aumentar los salarios mínimos más de dos veces y media, o sea, tendría que ser de al menos siete mil pesos mensuales en vez de los 2 mil 018.70, que se pagan en la Zona A, o de los 1 mil 913.10 que se pagan en la Zona B.
Para Alonso Raya, estos datos muestran que no es un problema de consulta, sino de decisión política para construir un gran acuerdo nacional con participación de empresarios y trabajadores que incluya medidas efectivas para combatir la desigualdad
Las condiciones para este acuerdo las deben crear los partidos políticos, los que también deben generar gobiernos, instituciones y mecanismos que garanticen tener transparencia, rendición de cuentas, combate a la corrupción y escenarios para la recuperación de la economía y del poder adquisitivo del salario.
Una de esas áreas sería el Instituto Nacional de Salarios Mínimos, Productividad y Reparto de Utilidades -autónomo y regido por criterios técnicos- que debería sustituir a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, ya que ésta opera como apéndice del Ejecutivo y siempre contra del trabajador.
“Por supuesto –agregó el diputado federal-, deberá desvincular el salario de las referencias en la legislación para que la recuperación salarial no afecte otras esferas, como multas, créditos, derechos, contribuciones y otros conceptos financieros y administrativos”.
