Acento
Salvador Flores Llamas
PRD y Morena se echan la culpa de la masacre de Iguala por haber hecho alcalde de Iguala a José Luis Abarca y buscan eludir la responsabilidad que les incumbe.
Los Chuchos dejaron de acusar a López Obrador de meter la mano por su amigo Lázaro Mazón, ex alcalde que heredó el cargo a Abarca y el Peje destapó de candidato de Morena a gobernar Guerrero, pero ya no lo apoya.
Los líderes del PRD y el nuevo jefe Carlos Navarrete trataron hasta el último de defender a Abarca, facilitaron su huida, lo encubrieron en Morelos con el gobernador Graco Ramírez, y lo cobijaron en Iztapalapa.
Navarrete quiso hasta lo último sostener a Ángel Aguirre de gobernador, pese a su clara culpa y colusión, ignorar los graves problemas de los guerrerenses y permitir a vándalos y policías destrozarles patrimonio, vidas y tranquilidad, con criminales.
El Peje, se “deslindó” inútilmente y culpó a los Chuchos y a la federación de todo; Luego cesó de acusarlos, pero siguieron sus hombres de uso, Encinas y Bejarano, que anhela hacer méritos con él, que dizque lo desprecia para “deslindarse” de la corrupción que destila por la dolariza que recibió, en su nombre, de Carlos Ahumada, como todos vimos en el video famoso.
Encinas, su exsecretario de gobierno y heredero de la jefatura del DF, apoyó totalmente su plantón Zócalo-Reforma, una de las protestas más vejatorias y dañinas para los capitalinos.
De líder la fracción perredista, facilitó al narco-diputado Julio César Godoy entrar tramposamente a la Cámara de Diputados a protestar como tal y cubrirse con el fuero legislativo. Hoy quiere dictar cátedra de ética y acusa a los Chuchos de lo mismo que cometió su jefe-López, en desquite por haberle ganado la jefatura del PRD y librar a éste de la férula del Peje.
Éste cree haber ganado la partida y evitado afecte la votación de Morena en 2015, cuando planea ganar muchas diputaciones, locales y federales, alcaldías y regidurías y sustentar su tercera candidatura a la Presidencia para 2018.
Amlo busca todo tipo de apoyos, pues en esta primera elección en que participará Morena la ley le prohíbe aliarse con otros partidos: Movimiento Ciudadano y PT, cuyos dueños Dante Delgado y Beto Anaya ni se despeinan, acostumbrados a que él haga las campañas a cambio de los votos que logra para sí y con ellos les sostenga sus registros partidistas.
Dicen que para quitar votos al PRD, el Peje ofreció a Ebrard la candidatura presidencial de Morena en 2018; pero es un canto de sirenas para Marcelo, quien no halla cómo volver a la polaca tras chamuscarse con sus transas en la Línea 12 del Metro.
Los izquierdistas escupen p’arriba para sacar más tajada del “deslinde” de errores y colusiones. Cuauhtémoc despeña su poco prestigio de líder moral: la carta en que exigió la renuncia de la directiva del PRD valdría si no fuera venganza porque no se lo entregaron para manejarlo dictatorialmente.
Quiere ganancia de pescadores a río revuelto.
Otros más fueron al desquite: Encinas, Bejarano y Padierna, porque los Chuchos los desplazaron de la dirigencia perredista, en nombre del Peje.
Así las cosas, la izquierda perderá muchos votos y Andrés Manuel jamás le prestará la candidatura a Ebrard, pues sería absurdo desistir de su deseo iluso de gobernar a México.
La izquierda carga también con haber apoyado al guerrillero Rogelio Ortega Martínez, secretario general de la Universidad Autónoma, para gobernador sustituto de Guerrero; en vez de su jefe el rector apartidista Javier Saldaña, al que ella acusó de que se vendería con el PRI.
Ya se reveló Rogelio Ortega como aliado de los criminales, no actúa contra ellos por los incendios del Palacio de Gobierno, el Congreso del Estado, las oficinas del PRI y PRD, el ayuntamiento de Iguala y demás desmanes.
Y tampoco se advierte decisión del gobierno federal.
Abundan las deserciones izquierdistas por colusiones y pleitos internos; el PRD será afectado por Morena y corren peligro de perder la gubernatura de Guerrero, a renovarse en 2015.
El Peje no sostuvo a Lázaro Mazón de candidato de Morena, pues se quemó en Iguala; quiere a Luis Walton, gallo del Movimiento Ciudadano, errático alcalde de Acapulco, que no podrá aliarse con Morena por disposición legal.
Al senador Armando Ríos Peter, gallo de los Chuchos, le dañó su alianza con Ángel Aguirre, gobernador depuesto (que muchos esperan ver tras las rejas por sus errores y complicidades, si quieren calmar a los guerrerenses) y los saltos del “Jaguar” a varios partidos no lo hacen confiable en esta hora de definiciones.
Fue priísta, estuvo con Fox y con Zeferino Torreblanca, que se brincó del PRI al PRD para ser gobernador, como Aguirre Rivero, quien ya había disfrutado muchos cargos -incluso de gobernador priísta sustituto de Rubén Figueroa Alcocer- y saltó al PRD para ser gobernador por segunda vez, seducido por Ebrard, quien también adoptó a Ríos Piter.
Todo favorece al diputado federal priísta Manuel Añorve, quien perdió hace 5 años con su primo Ángel Heladio, y aunque parece perjudicarle la cercanía con Beltrones –hay la impresión de que en Los Pinos no quieren engordar la cuenta de Manlio– en Guerrero lo ayudan las circunstancias a recuperarlo para el tricolor.
Por si fuera poco, la Procuraduría de Justicia del gobierno izquierdista del DF metió el choclo: sus policías tiraron balazos en CU.
