Yo Campesino
Miguel A. Rocha Valencia
En tiempos de crisis económica, el gobierno debe estimular la demanda, pero a través de un mayor gasto aunque incurra en déficit, sin aumentar las tasas de interés, dicen los economistas seguidores de John Meynard Keynes, sustituidos por los neos del liberalismo tecnocrático que encabezó Milton Fiedman con los Chicago Boys (Francisco Gil-Guillermo Ortiz-Ernesto Zedillo).
Meynard Keynes deja claro que el gasto de gobierno debe destinarse a proporcionar a la sociedad una mayor capacidad de compra, y no a la acumulación de las cuentas personales de quienes administran el presupuesto. No habla de endeudar a la sociedad con dinero de plástico, sino darle mayores ingresos para que gaste, obviamente a través del empleo y salarios remunerativos.
Incluso en la Gran Depresión de Estados Unidos, se realizó la mayor obra de ingeniería de aquél país, la Presa Hoover, obra con la cual se estimuló la economía de aquél país, se puso fin a escurrimientos catastróficos por el desborde del río Colorado y se incorporaron cientos de miles de hectáreas al sistema de riego en los estados de Arizona y Nevada. Incluso dio lugar a la creación de Las Vegas.
De un solo tiro se lograron varios objetivos, con todo y la salpicadura de trampa en la designación de los constructores, con lo que EU efectivamente salió de la depresión pues se detonaron simultáneamente diversos ramos industriales, empezando con la minería de no ferrosos como grava y arena, acerera, pero principalmente, generó millones de empleos directos e indirectos. Llegaron sus beneficios hasta California.
Para ello el gobierno en quiebra, por la falta de recaudación, se endeudó, echó a caminar la máquina de dólares y realizó la obra más importante en materia hidráulica, riego y generación de energía.
Así, sí vale endeudarse porque el dinero genera actividad real y esta, además de bienestar inmediato y solución de conflictos sociales, permite cerrar el círculo virtuoso de la recaudación y la formalidad fiscal.
Pero cuando los gobiernos piden dinero prestado para financiar sólo su administración, su gasto directo, sólo habrá acumulación de deuda, máxime si deja su espacio como promotor de obra pública al sector privado, porque ello generará una mayor concentración del ingreso, así, al estilo que pregonó Milton Friedman.
De ahí que la renta y los dineros de la deuda no permeen y se queden en la punta de la pirámide económica, y no porque así lo diga la doctrina, sino porque quienes administran la cosa y el dinero públicos, la pervierten y se sirven de ella pero no para crecer.
De tal suerte que a ello se debe que México en sólo dos años haya incrementado su deuda en cerca de dos billones de pesos (incluyendo los dólares) y que no se van por ningún lado; de hecho, la burocracia creció debido al pago de facturas, por posiciones de los clanes que se reparten el poder.
Lo peor entonces está por venir, porque no entienden y como hoy no se realiza la tarea de fortalecer la economía interna a través de inversión propiciador de empleo, y las cacareadas inversiones no llegan”, la situación se pone color de hormiga a cada paso que avanza la nueva crisis económica en Europa y de la cual, Estados Unidos no podrá zafarse.
