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El país de los pendejos

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Índice Político 

Francisco Rodríguez 

La expresión de Hipólito Mora –estemos a favor o en contra de su persona o de sus posiciones en los jugosos movimientos de autodefensa michoacanos– retrata de cuerpo entero los actuales “Sentimientos de la Nación”.

 

En cualquier chico rato de estos tiempos revueltos, todos hemos tenido el impulso de tomar en las manos la defensa de nuestros derechos, con cobro de piso o sin él, viendo que nadie en el “gobierno” se mueve en alguna dirección.

Al ser entrevistado en chirona, después de oír los cargos en su contra, el acaudalado limonero michoacano –que tenía pocas horas de haber recibido la “oferta” de liberación expedita, a cambio de su entrega voluntaria, por parte del Virrey michoacano– dijo cinco palabras corrosivas, vitriólicas.

“Me siento como un pendejo”. Tal sentenció Hipólito en la cárcel, después de escuchar las incoherencias y leguleyadas emitidas por un juzgadora de consigna.

Nunca mejor dicho. Su auto conmiseración no puede ser más ejemplar. Por una u otra razón, todos los mexicanos nos sentimos igual.

¿Será que no sólo nos sentimos, sino que ya traemos cara de pendejos? Porque yo veo que, al lanzar una pregunta al aire en cualquier reunión sobre el presente o el futuro, todo mundo voltea a verse, clamando una respuesta‎ que nadie tiene.

Lo que antes era certidumbre, aplomo, confianza, se ha tornado en un permanente intríngulis, en un estado de Babia que antes caracterizaba a los pueblos tiranizados, sometidos, vaciados de pensamiento.

Es la sensación correlativa a la que siente todo aquel que ha confiado su sueño a dormir con un niño. La misma que siente un hombre traicionado en lo más profundo por confiar en la palabra de alguien que no conoce ni el significado de su comisión.

Horas antes, el Virrey Alfredo Castillo había conmemorado, cariacontecido, en un mensaje transmitido en cadena nacional, la entrega voluntaria de Hipólito Mora y de Simón El Americano como ¡un triunfo inaudito de la justicia republicana!, ¡como un hito histórico de las instituciones!, ¡como un logro supremo de la República!

Y el gabinete de mentecatos, corruptos e ignorantes lo aplaudió como se hace con aquél que regresa de una conquista, como se reconoce públicamente a alguien que ha conseguido un baluarte enemigo, en medio de la batalla.

Es decir, festejó sus propios desatinos y sus actos corruptos de lesa injuria a la Nación, provocados por su decisión de aceptar un soborno de siete millones de dólares de parte del grupo delincuencial de “Los Viagra” para hacerse de la vista gorda en el cobro que esta banda hace de los derechos de piso.

‎Se trata, pues, de un vulgar delincuente asalta caminos, cobrando derecho de piso a las bandas de la delincuencia organizada, para darles el fiat en nombre del “gobierno” y “manos libres” para lo que resulte… incluso el derecho de matar.

‎La severa acusación de prevaricato, surgida de los mismos grupos en discordia por el botín de los michoacanos, no ha sido desmentida por el Virrey. Al contrario, parece que metió el acelerador para continuar la exacción ante los barruntos de que el jugoso cargo se puede acabar. Total, seguro él ya “salpicó p’arriba”.

 

Los Locos, al Frente del Manicomio

 

Esa fue la gota que derramó el vaso. Al auto sobornarse, el Virrey mandó automáticamente la orden de confinar a la clandestinidad a todos los demás grupos y a provocar las matanzas entre los delincuentes armados que no entraban al derrame de “la copa”‎. ¡Vaya manera de hacer justicia, a partir del fuego cruzado!

‎Los mexicanos sentimos que hemos sido orinados por los niños, al compartir el dormitorio. No sabemos cuándo nos tomaron el parecer para hacernos víctimas de tantos errores y atropellos a lo más profundo de nuestra dignidad como pueblo.

No nos explicamos nada. No sabemos qué es lo peor que puede seguir pasando. En cambio, asistimos, hasta en los días de descanso, a observar los desatinos y estropicios que los chamacos ignorantes en el poder cometen para destruir lo que queda de país.

¡Hasta el burro tocó la flauta! El pro yanqui Jorge Castañeda declaró, en un momento de iluminación, que EPN tiene todas las piezas del rompecabezas para armarlo a su gusto… ¡pero no le enseñaron la foto de la maqueta!

Por eso, las cinco palabras de Mora reflejan con intensidad el estado de ánimo de los mexicanos. Nos sentimos como pendejos porque somos blancos del bamboleo frenético de Videgaray, un loco al frente de un manicomio.

Toma la decisión de faltar a su palabra y evitar más de un gasolinazo –que de por sí equivalía a juntar en uno todos los del año- decretando administrativamente que iba a haber más, hasta que…

….yo creo que San Mamerto, el santo de las causas pérdidas, lo hizo contradecirse públicamente y echarse para atrás ‎. Esperemos que en eso quede…y no vaya a haber otra Circular… Por cierto, ¿le vamos a seguir pagando al distinguido habitante de Malinalco en este 2015?

¿‎Va a seguir cobrando el güero de rancho Gerardo Ruiz Esparza, después de subastar pública y abiertamente a la Nación ‎y exponernos ante los ojos del mundo como fulleros y trapaceros de baja monta? ¿Después de que ha estado en negociaciones con una cadena de mercaderes para venderle el Centro Cultural SCOP, patrimonio de la Nación?

Si EPN no va a ver a Obama con la despenalización de las drogas bajo el brazo, ¿a qué va? ¿Qué le puede decir el lenguaraz negrito que ha trampeado a nuestros pueblos con el tiquismiquis de los migrantes y del embargo, a sabiendas de que no tiene los votos legislativos para ofrecerlo?

¿Qué, le va a aconsejar qué hacer con lo de Ayotzinapa? ‎¿O le va a comentar lo buena que está saliendo la amapola negra para el reventón? No puede hacer otra cosa. ¿A qué va Peña? ¿A qué lo mandaron llamar?

Vamos a seguir oyendo al intragable chamaco peloncito del PAN que pontifica cada ratito en la tele acerca de que estamos equivocados en el camino, y da recetas del tres al cuarto para superar todos los problemas, que ya todos conocemos? ¿De ese tamaño es nuestra condena cívica?

¿Quien es Ricardo Anaya para regañar a la Nación de costa a costa? Si lo único que sabe hacer es aprenderse de memoria rollitos machacones y espetarlos en cara de todo público para apantallar incautos?

No alcanza para vivir. Videgaray secó la economía en el momento climático del país. EPN apostó junto con él la sobrevivencia cotidiana de cien millones de habitantes‎ y los dejó a su suerte para resucitar después de las “estructurales”. Toda una desgracia nacional. Ahora, no hay un quinto.

‎Todos los indicadores económicos y políticos que soportan la viabilidad del país están destrozados. No hay mañana. A todo el aquelarre sume usted el próximo cierre de las ventanillas del crédito internacional. ¡No quieren ni vernos!

México, nuestro país, es un satisfactor imposible de disfrutar. Todo cuesta más de lo que disponen para gastar el 93 por ciento de los mexicanos, que ganan menos de diez mil pesos al mes. ¿Qué no se dan cuenta del barril de pólvora en el que habitamos?

A lo mejor pueden ir al cine y al teatro el 3 por ciento de los mexicanos que ganan 80 mil pesos diarios. O si les va bien, el otro 4 por ciento que están arriba de los diez mil mensuales. Los demás estamos condenados a seguir con cara de pendejos.

 

¡En Sólo Dos Años, ya Superaron a Fox!

 

Ni pan, ni circo. Hace unos días, un periodista amigo se entrevistó en privado con un alto fruncionario de Los Pinos, de los que presumen el pandero. El amigo le hizo notar, con sigilo, que había muchos miembros de su Partido que no estaban de acuerdo con su actuar.

A lo que el gerifalte, respondió : de esos hay muchos, miles, pero los que de verdad ganamos en el 2012 ya estamos aquí. Somos los que rodeamos y tenemos la confianza del Presidente. Los demás priístas que digan lo que quieran. ¡No nos vamos a mover!

Es una concepción de generación política que avergonzaría a Julián de Marías y a Ortega y Gasset, juntos. Frente a esa declaración palidece la que haga cualquier dictador de pacotilla o de polendas.

Pueden estar como perros apaleados, pero como dice el corrido potosino “el orgullo los levanta”‎. Pueden ser letales para el pueblo, pero jamás reconocerán que se han equivocado. Y jamás dirán la verdad, como chamacos contrariados.

Nunca dirán que los engaño “El Gordo” Aguirre, inexplicablemente libre a no ser por el favor del “compadre Peña”. Nunca reconocerán –como les obligó a hacerlo la revista neoyorkina Esquire— el error del Ejército, tanto en Tlatlaya como en Iguala.

Y mientras, los mexicanos tragamos camote. Porque, bueno, ¡que se vayan! ¿Y a quién ponemos? Volteamos ya hacia todos lados‎ y todo es podredumbre, corrupción y engaño. Tan malos los pintos como los colorados.

A menos que la solución sea la que se está dando en la cúspide. Que existe un ridículo “gabinete en la sombra”, integrado por los ayudantes del de Atracomulco, que despacha en Los Pinos con mentalidad de ujieres, todos chiquititititos y modositos.

A lo mejor, sin tanto aspaviento, son los que pueden hacer recular a los inflados virreyes que hemos padecido los dos primeros años. Nuño, Castillejos, López, Lino, Guzmán contra los monstruos Oso…rio y Videgaray.

Vaya espectáculo. ¿Qué nadie tiene autoridad moral para meter orden? ‎¿Qué secreto inconfesable se saben entre ellos?

¡Qué bonita familia! Hasta Fox reclama en las redes sociales que, como salió alguien más pendejo que él, ya la gente no se acuerda de mencionarlo‎.

¿Será que en manos de los pendejos, ni la pólvora arde?

 

Índice Flamígero: Ahora que Enrique Peña Nieto cruce el dintel del despacho oval de la Casa Blanca –la que habita Barack Obama, no la que “compró” Angélica Rivera–, alguien debería decirle que uno de quienes no ha mucho sirvieron en ese lugar, Ronald Reagan, definió con claridad certera la situación por la que hoy atraviesa México: “El gobierno no puede resolver el problema. El problema es el gobierno.”

 

www.indicepolitico.com / [email protected] / @pacorodriguez

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