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Felipe Calderón, cadáver insepulto

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Ágora Política

Jesús Yáñez Orozco 

Felipe Calderón Hinojosa gusta andar en berenjenales. Tiro por viaje deja mal parados a los mexicanos, dentro y fuera del país.

 

Su último enredo sucedió –con el futbol como pretexto– mediante una guerra de anodinos tuits contra Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, aquél que delira. Más cuando afirma que el fenecido Hugo Chávez se le aparece personificado en un pájaro. Que, incluso, le habla.

Ni a cuál irle.

Primero, Fecal echó a la jaula de los leones a su esposa, Margarita ‘Zabala’ –a quien destapó, cual hábil ventrílocuo, como ‘suspirante’ a la presidencia de la República para 2018 por el PAN, creando revuelo político y social.

Aunque, valga el paréntesis, para mí no es noticia.

Cuando terminó su gestión, en 2012, se les quemaban a ambos las habas por mantenerse en el poder y no iban a tardar en ratificar lo que entonces había comentado a mi señora madre: el deseo de Margara de ser presidenta.

–¿Qué comes que adivinas? comentó mi progenitora cuando se difundió en días pasados la noticia de su candidatura.     

Luego, Felipillo se metió en menuda bronca –de Dios Padre– con los venezolanos, quienes de por sí parecen jarritos de Tlaquepaque –corrientes y sentidos– cuando hizo sorna de su presidente, en el marco de la Copa América.

Ipso facto respondieron calificándolo –la jerarquía política venezolana–  en una especie de Team back en el futbol americano, como “persona non grata”.

Pero no se requiere ir tan lejos.

El, igual que los demás expresidentes, es considerado así –sin temor al equívoco– por el pueblo mexicano.

Indeseables todos. Llevan vidas faraónicas a costillas de un pueblo muerto de hambre.

Son irremediables “villanos favoritos”, encabezados por Carlos Salinas de Gortari. Que no se olvide.

Aunque sea chisme de lavadero, vale la pena abordar el tema porque raya en humor voluntario e involuntario. 

Todo comenzó cuando Fecal tuiteó, durante el partido Colombia-Venezuela,  el pasado 14 de junio, poniéndole el cascabel al gato: “qué pena, qué juego tan sucio el de Venezuela, parece que los entrenó Maduro”.

Se refiere al “juego tan sucio” cuando él declaró la “guerra” a la delincuencia organizada, narcos en particular, en 2007, y a la fecha van cerca de 125 mil muertos.

Además, olvida que durante su  administración hubo 26 mil desaparecidos.

Por si fuera poco, en el intermedio del encuentro, Calderón retuiteó una imagen capturada de la transmisión televisiva en la que aparecía un cartel con la frase “Fuera Maduro”, entre la afición venezolana, en el estadio de Racagua.

En su segundo tuit, el panista, erigido en el Bill Clinton mexicano, matizó:

“Bueno, en golpes Colombia y Venezuela acaban de empatar”. 
Muchas críticas recibió Calderón después de publicar el primer tuit.

Pero la más destacada, deportivamente hablando, fue de su paisano, michoacano también, Julio César Ceja, ex jugador de Cruz Azul y León.

“Y los colombianos traen la fiesta encima… ¿No los entrenaste tú?”, en referencia a su gusto por empinar el codo. Actualmente Ceja está retirado y es director técnico.

Calderón Hinojosa en la actualidad preside la Comisión Global Sobre la Economía y el Clima y de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable.

Para responder, el mandatario venezolano retuiteó un mensaje escrito por el gobernador del estado Aragua, Tareck El Aissami, en el que se lee:

“SUCIO es usted y su historia miserable. RESPETE a nuestro pueblo”.

Es común que los panistas abominen todo lo que tenga un tufillo socialista o relacionado con la diversidad sexual.

Todavía está fresco en la memoria de muchos  mexicanos la frase “comes y te vas” del entonces presidente Vicente Fox Quesada al líder cubano Fidel Castro.

Los panistas padecen amnesia. Olvidan lo que debieron aprender en la escuela, que caracteriza la política exterior mexicana: el respeto al derecho ajeno es la paz.

Incluso, el excandidato presidencial opositor Henrique Capriles criticó este domingo los comentarios de Felipón a quien todavía llama “presidente”.

“Chiste pesado Presidente, la Vinotinto es de todos los venezolanos y sentimos un gran orgullo por ella”, escribió en su cuenta de twitter.

Ese día, Venezuela venció, por la mínima diferencia a Colombia, con un solitario gol de Salomón Rondón. 
Dos horas después de los mensajes, Felipe Calderón matizó:

“Muy merecido el triunfo de la #Vinotinto. Al final los estrellas colombianos no pudieron. Felicidades a Venezuela”.

Llama mi atención que ‘Jelipe’ se desviva en criticar al mandatario venezolano con el pretexto del baloncito. Cuando, por elemental sentido común, su objeto de crítica deberían ser los Ratones Verdes Tullidos, de Miguel Herrera.

¿Será acaso que la Pesadilla Nacional de Televisa es tan mala que no vale la pena tocarlo siquiera con el pétalo de rosa de un tuit de Felpillo?

Sólo Dios sabe.

Por cierto, el Tridolor  está a un tris de quedar eliminado de la Copa América. Necesita vencer a Ecuador, el viernes próximo, para seguir con vida en este certamen.

Al final los aficionados a la Vinotinto celebraron la primera victoria de su equipo en 99 años en Copa América contra Colombia, y pronto se olvidaron de los comentarios del expresidente Calderón.

Mas no los políticos.  

Ya había echado suficiente gasolina al fuego de su berenjenal.

Ayer miércoles, la Asamblea Nacional (AN) venezolana aprobó por unanimidad un acuerdo en el que rechaza las declaraciones de Fecal contra Maduro.  

Los asambleístas lo catalogaron como “indigno y ofensivo”.

Como parte del acuerdo legislativo, exige al gobierno de Nicolás Maduro declararlo persona “non grata”.

El diputado Earle Herrera fue quien propuso nombrar a Calderón como indeseable para Venezuela. 

Recordó que el ex presidente mexicano es “invitado frecuente de la derecha venezolana”, para “desestabilizar en el país”.

En opinión del parlamentario, ”duele que esta ofensa venga de un mexicano”.
Fecal contratacó.

Ironizó que era “un honor” que el gobierno de Nicolás Maduro lo declare así, pues sería grave ser “grato para un déspota”.

El diputado Ricardo Sánchez se lanzó a la yugular de Calderón, calificándolo como “cadáver insepulto de la política”, pretendiendo utilizar las redes sociales, para realzar la candidatura a la presidencia de México de su esposa, Margarita Zavala.

“Se equivoca el señor Calderón, si cree que le va a sacar alguna sonrisa a los venezolanos. Por el contrario, el rechazo unánime y absoluto del pueblo venezolano, a esta acción grosera obscena” de su parte, sentenció.

Sánchez  opinó que ‘Jelipón’ fue presidente de México entre 2006 hasta el 2012 por la vía “fraudulenta y mafiosa”. 

El diputado agregó que a Fecal se le olvida que hay 43 estudiantes desaparecidos en México, tema en el que “él ha actuado con profunda indiferencia”.

No es la primera vez que Calderón se ve envuelto en una polémica deportiva como ex mandatario mexicano.

La primera ocurrió el 21 de noviembre de 2013, durante una carrera se autos Fórmula Uno, en Texas.

Bajo el título ‘País Mariguanólfilo’, en el debut de Agora Deportiva en la página web Análisis a Fondo, escribí:

Entre chunga y delirio patriotero osciló la diminuta imagen de la hoja de mariguana en dos banderas mexicanas que ondearon en Austin, con aires texanos. Apareció el pasado fin de semana durante una carrera de Fórmula Uno en el corazón del blanco, al lado del nopal, el águila y la sierpe.

Cuando el fanatismo nacionalista se convierte en ignaro fundamentalismo. Al lábaro patrio, igual que al himno nacional, no se les toca con el pétalo de una hoja, vamos, ni de mota. 

Faltaba más, sobraba menos.

Las buenas conciencias temen que a México se tilde de país mariguano en el resto del mundo. ¿Qué pensarán nuestros hijos? Piensan muchos. Lo que para ellos es malo tiene que ser negativo para todos. Más cuando la cultura popular, manipulada por ignaros medios de comunicación y los políticos, asocia a la mota con algo diabólico, anticatólico; el anticristo.

Virgen de los Apachurrados: si son trapitos tricolores.

“Falta de respeto”, calificó la supuesta osadía el casi beato ex presidente Felipe Calderón, quien se encontraba de espectador en la carrera. En ella participaba el mexicano Sergio “Checo” Pérez. Era su última carrera con la escudería Mclaren. En su tienda oficial ondeaba una de las banderas pachecas.

Pegó el grito en el cielo el Consulado General de México en Austin. Expresó su malestar por el “grifoso” agravio a la bandera mexicana. Pero nada va a pasar. Será llamarada de petate.

Redes sociales también reaccionaron. Hubo cuestionamientos irónicos sobre si dichas banderas fueron auspiciadas por el ex presidente Vicente Fox, principal porrista de la legalización cannábica.

 O si era porque pescaron fumando un “churro” a “Pa-Checo” Pérez en los pits. O significaba un mensaje mariguanófilo que exhibe a México ante el mundo. Incluso hubo quien sugirió que pongan la foto del “Chapo” Guzmán, o una de AKA 47, en lugar del escudo nacional.

A principios de los años 70, entre los Cara Pálida, era moda comprar ropa interior –calcetines, trusas y pantaletas- con la bandera gringa. Incluso Jimmy Hendrix parodió con su guitarra el himno de su país durante el festival de rock en Woodstock.

Nadie la hizo de tos.

Hace 73 años fue legalizada la mariguana en México. Duró sólo unos meses, en 1940, previo al término del gobierno de Lázaro Cárdenas del Río. Se dio marcha atrás por presiones del Imperialismo Yanqui.

Históricamente,los panistas han abominado, con rosario entre sus manos, las Leyes de Reforma, caracterizadas por suprimir los fueros en material civil del clero y el ejército.

Antes una última petición: que, por favor, alguien la haga el alcoholímetro a Felipillo.

Corremos el riesgo de perderlo y vaya a dar con sus huesitos al hospital Fray Bernardino.

[email protected]

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@kalimanyez

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