De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Pasaron los comicios y, al parecer, llegaron los tiempos de que otros personajes políticos o los mismos se acomoden en sitios diferentes de la actividad pública.
La sorpresiva decisión del Jefe de Gobierno de solicitar la renuncia de todo su gabinete deja abierta la posibilidad de enroques, salidas e ingresos de los políticos a cargos de la administración pública local.
Pero también a nivel federal, se espera, hace algún tiempo, nombramientos en algunas áreas que se encuentran acéfalas.
Lógicamente las especulaciones, las filtraciones, los chismes y las versiones bien y mal intencionadas circulan arduamente por diversos sitios.
El término de sus gestiones de varios personajes los ubica, con o sin razón, como prospectos para ocupar otros cargos públicos.
Dentro de estos personajes que llegan al final de sus actividades para las que fueron elegidos se encuentra la figura del sonorense Manlio Fabio Beltrones, un político que ha transitado por varios de los principales cargos de elección popular, los que van desde tres veces diputado federal, dos más senador y gobernador, aunque recientemente dos veces diputado federal y una más de senador, lo hizo por la vía de la representación proporcional.
Manlio, como se le conoce coloquialmente, ya fue subsecretario de Gobernación, dirigente priista en Sonora, secretario de Gobierno en Sonora y dirigente sectorial del PRI (sector popular).
La versatilidad de los cargos públicos desempeñados lo convierte en un activo para diversas vacantes o futuros relevos, aunque en cada una de ellas tiene sus asegunes.
Se le menciona para ocupar la presidencia del PRI, cargo que dejará en unas semanas más César Camacho Quiroz, de quien se menciona solamente enrocará con Beltrones, si es que uno llega al PRI y el otro a la coordinación de los diputados en la LXIII legislatura.
Uno y otro no la llevan segura. De acuerdo con diversos estudiosos, dejar el PRI en manos de Manlio Fabio sería un riesgo grande para la sucesión presidencial, ya que lo situaría en la cúspide de la candidatura presidencial.
Con doce gubernaturas en juego el año próximo y tres más en 2017, el sonorense tendría a la mano la posibilidad que anhela desde hace varios años, siempre y cuando su partido obtenga buenos resultados.
Hay otros que lo ubican en la secretaría de Educación Pública, en un eventual relevo de Emilio Chuayffet Chemor, lo que daría margen a que Manlio Fabio, siendo un buen negociador, pudiese conciliar con los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, lo que también encumbraría al sonorense en la misma posibilidad de la eventual candidatura presidencial.
Esas dos posibilidades vendrían a modificar el cuadro que pudiese tener el presidente Peña Nieto en torno a su sucesión y al candidato de su partido.
Por eso Manlio Fabio es por mucho, el principal activo que iría al desempleo el próximo 31 de agosto.
César Camacho dejará la presidencia del PRI para irse a su nueva labor, la de diputado federal, donde se espera coordine a la mayoría priista, aunque sus escasos logros como dirigente de su partido provocan dudas sobre su futuro.
Dos veces diputado federal, otra senador y una más gobernador, no significan que Camacho Quiroz sea un buen estratega, negociador o conciliador y mucho menos popular, ya que cada uno de esos cargos los logró por la vía de la designación, sea como candidato plurinominal o de interino en el caso de gobernante.
César Camacho no hizo buena química en la dirigencia nacional de su partido, ni con la secretaria general, Ivonne Ortega Pacheco, ni mucho menos con otros futuros diputados que conformarán la LXIII legislatura.
Hay otros como los gobernadores Rodrigo Medina, Nuevo León; José Eduardo Calzada, Querétaro; Fernando Toranzo Fernández, San Luis Potosí; Mario Anguiano Moreno, Colima y Fernando Eutimio Ortega, Campeche, todos ellos de militancia priista que difícilmente pudieran incorporarse a tareas del gobierno federal, ya que ninguno de ellos brillo como gobernante.
Cada uno de ellos dejará el poder entre los meses de septiembre y noviembre del presente año, a más tardar.
Sin embargo, tal vez, alguno de ellos podría acomodarse en alguna de las posiciones menores que se encuentran vacías desde hace tiempo, incluso en alguna subsecretaría de menor importancia.
Pero también la atención se centra en el gobierno del Distrito Federal, donde la semana próxima se determinará qué hacer con el gabinete renunciado, si alguno de ellos o todos se quedan, si se incorporan otros nombres, hay enroques o cuáles son los planes del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
La historia es la siguiente, pocos días después de la derrota perredista en la capital del país, se le pidió al Jefe de Gobierno despidiera a los secretarios de Gobierno, Héctor Serrano y la de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez, además del director del Metro, Joel Ortega.
Ante esa petición, Mancera decidió solicitar la renuncia de todo su gabinete, preparar baraja nueva, delinear cuáles de ellos se quedan y experimentar con enroques, los que dará a conocer la semana próxima.
Entre los personajes que se mencionan para ocupar algunas de las secretarías que dejarían vacante sus actuales titulares se mencionan los de los senadores Armando Ríos Piter y Alejandra Barrales Magdaleno, ambos ganadores de sus espacios por mayoría; Manuel Granados, diputado local y los de Beatriz Mojica, candidata perdedora al gobierno de Guerrero y David Razú, igualmente perdedor en Miguel Hidalgo.
Se señalan para dejar de pertenecer al gabinete de Mancera Espinosa los nombres de los mencionados Héctor Serrano, Jesús Ortega y Rosa Icela Rodríguez, además el de Patricia Castro, Rufino León y otros más.
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