Columnaria
Juan Chávez
No hablo ni me comunicó con el Creador, pero la historia bíblica, a la que soy afecto, indica todo lo contrario al “perdón completo” que el papa Francisco otorgó a la congregación Legionarios de Cristo.
El fundador de esa grey fue Marcial Maciel, sacerdote michoacano pederasta, que murió sin confesarse, como dispone la Iglesia católica para alcanzar esa gracia.
Seguramente el degenerado religioso, allá arriba, debe estar pasando duras penas impuestas por la Divinidad que, en el momento de mayor ira que le registra la antigüedad, destruyó Sodoma y Gomorra por sus arrebatadas desviaciones sexuales.
Ya el Vaticano ciertamente, en los tiempos de Benedicto XVI había otorgado la absolución a los Legionarios de Cristo, como organización que colma de riquezas a la sede católica.
Es raro, por ello, que el obispo de Roma haya otorgado “perdón completo” que, por tal posición, la de “completo”, incluía al religioso nacido en Cotija, Michoacán, y que en 1941 fundó la malhadada cofradía.
Con Maciel, esa corporación alcanzó un enorme poder e influencia en la Iglesia misma y con Juan Pablo II, llegó inclusive a establecerse cierta complicidad, dado que en los días en que fuera pontífice, ocho personas, en febrero de 1997, acusaron a Maciel de actos de pedofilia.
Algo que como la sodomía, es uno de los más graves pecados que pueda un sacerdote cometer.
Los ocho acusadores de Maciel fueron abusados sexualmente por éste, cuando eran niños.
El fundador de los Legionarios de Cristo tuvo varias mujeres e hijos, además de ser consumado pederasta.
Como los templarios de las Cruzadas, Maciel tuvo una fortuna de 20 mil 500 millones de euros, que obtuvo vía explotación de la educación, con caras escuelas de enseñanzas básica y universidades fundadas en varios países. Las colegiaturas, en tales planteles, siguen igual de caras y bajo la administración de los Legionarios.
Maciel fue, por todo ello, auténtico “sodomita” como se designó a los practicantes de la sodomía (penetración del pene por el recto), antes de que en el siglo XIX apareciese el término homosexual.