Ágora Deportiva
Jesús Yáñez Orozco
(“Lo que hago en el ring no significa nada si no comparto mi buena fortuna con la comunidad”: Floyd Mayweather Jr)
Es un boquiflojo mecenas gracias al arte de los golpes y la sangre derramada sobre el cuadrilátero, producto de la mercadotecnia de los Cara Pálida. Ayudar a los demás, es un lujo que pude darse gracias a las bolsas multimillonarias que ha ganado sobre los encordados a lo largo de casi 20 años y haber ostentado cinco títulos mundiales. Más padece la crónica manía –característica de los nuevos ricos– de exhibir su riqueza en redes sociales.
A los 37 años de edad hay quienes lo consideran un Dios del llamado deporte de las orejas de coliflor.
Nombre: Floyd Jay Sinclair, mejor conocido como Floyd Mayweather Jr, quien sostendrá la Pelea del imberbe Siglo contra el filipino Manny Pacquiao, el próximo 2 de mayo con una archimillonaria bolsa, en las Vegas, Nevada.
El combate está pactado en las 147 libras, peso welter, con tres títulos en juego: los campeonatos del Consejo Mundial de Boxeo y Asociación Mundial de Boxeo que ostenta Mayweather, así como el de la Organización Mundial de Boxeo que tiene Pacman.
No hay cláusula de revancha.
Cada peleador usará los guantes que acostumbra: Floyd irá con los Grant y Manny, con los del mexicano Cleto Reyes.
A falta de los ídolos de antaño en peso completo, el púgil estadounidense se ha convertido en impostado rey de los cuadriláteros. No hay quien lo venza.
Como dice el refrán: en tierra de ciegos…
Porque Mony es muy bueno entre malos y muy malos boxeadores. Salvo algunas excepciones, que se pueden contar con los dedos de una mano.
Equivale a bengala, según yo –quizá luz para muchos– en la oscuridad que caracteriza al boxeo mundial, donde hay más negocio — igual que en el futbol soccer mexicano– y menos espectáculo.
Me llamó poderosamente la atención la forma cómo Mayweather cambió su estrategia boxística, tras analizar su récord.
En sus primeras 15 peleas sus rivales caían como moscas ante el poderío de sus puños y su rapidez mental para resolver las peleas. Pero después, la mayoría de ellas terminaban entre el décimo round, o se iban a la decisión. Su récord de combates es de 26 KO y 21 que se fueron a los 12 asaltos. De todas ellas, 23 finalizaron después de los 10 episodios.
Me queda claro que comenzó a pelear para la televisión, no la afición. Por eso, es lamentable mirar todo su talento y cómo, de poder ser un chorro de voz, es sólo vil chisguete con los puños. Por eso se prepara a conciencia, arduos y extenuantes entrenamientos, que lo convierten en su súper atleta.
A muchos de sus rivales que llevó a la decisión, pudo noquearlos con los ojos cerrados y una mano atada al cuerpo. No lo noqueó porque no quiso antes de quinto round.
No se diga al inefable Canelo. El púgil jalisciense, en ese combate, pasó de lo cómico a lo ridículo. Era el ratón ante el gato.
Dio tristeza ver cómo el ídolo de barro que había engendrado la telemierda, Televisa, se caía solito.
Por eso coincido con el manager Ignacio Beristaín –quien ha formado más de 25 campeones mundiales, mujeres entre ellos– quien, luego de analizar a Mony y Pacman, tiene sobradas dudas de que ambos puedan brindar espectáculo el 2 de mayo.
Aquí por qué:
Estudió cuatro veces las características del filipino y una ocasión la del estadunidense para que su pupilo, Juan Manuel Márquez, los enfrentara.
Por eso sabe de qué lado masca la iguana y, en consecuencia, duda que ambos púgiles puedan acoplarse.
“El estilo de Pacquiao es espectáculo puro. El otro es defensivo y ofrece poco. En lo personal no me gusta mucho la combinación de esa pelea”, advierte Don Nacho en declaraciones al diario La Jornada.
Lo anterior le provoca escepticismo, urticaria mental, en cuanto al esperado espectáculo. Pero de lo que no tiene duda es que el próximo 2 de mayo, en Las Vegas, veremos el mayor despliegue de producción en la historia del boxeo.
“Será un combate que producirá ganancias sin ningún referente y cuya bolsa garantizada para ambos peleadores se calcula será de 250 millones de dólares: 150 para Money y 100 para el Pacman.
“Mayweather tendrá todas las ventajas porque peleará en su país, con puros jueces de allá. Me genera algo de suspicacia porque lo consienten mucho”, advirtió.
Temió que si la pelea llega al último episodio y se va a decisión, los jueces pudieran favorecer al estadunidense.
“Mayweather no tiene necesidad de que lo cuiden así. Es un gran peleador. Pero lo sobreprotegen”, insistió.
En ese contraste de estilos y actitudes de boxeo, Beristáin se inclinó por Pacquiao, por lo que representa para el deporte y su valentía de ir siempre a buscar la pelea:
“Me gustaría verlo ganar por su boxeo, que siempre es espectacular. Es un estilo bonito y limpio. Por eso quisiera que fuera vencedor”.
En cambio Mayweather, contrastó, “es un peleador huidizo. Que sabe pegar, y lo hace muy bien. Pero luego va hacia atrás. Se esconde. Mete los codos y el hombro”.
Y lapidario, resumió:
“Es muy tacaño con el espectáculo”.
Boxeador de humo, pienso de él sin ironía ni sorna – y no se crea que es despectivo, por su tono de piel— sino porque Floyd se escurre en los lugares más insospechados sobre el ring.
Es como querer asir un pez con las manos llenas mantequilla.
Escapista sobre el cuadrilátero.
Ante ese contraste, el histórico mánager piensa que Pacquiao no deberá desesperarse y adaptarse al estilo especulativo de su rival, quien puede ser letal porque contragolpea con certeza y rapidez.
“Mayweather no pega lo suficientemente fuerte, pero puede hacer daño. A Juan Manuel Márquez le ganó bien. Lo tiró de un golpe perfecto a la quijada, pero no pudo golpearlo, hacerle más daño, como ha hecho con otros rivales”, reconoció.
Y agregó que para Pacman será complicado y con posibilidades remotas de terminar en nocaut.
Beristáin auguró que por la producción que implica este combate, la más cara de la historia, con los mejores en la división, será suficiente para “esperarla con curiosidad”.
El peleador del país de las Bardas y las Estrellas llegará invicto, literal, sin un rasguño en el rostro, a su penúltima pelea, 48, el próximo por la estratosférica bolsa de 250 millones de dólares, friolera de tres mil 800 millones de pesos, casi la mitad de lo que cuesta el avioncito de EP(inochet)N, que orondo y sin rubor alguno estrenará en septiembre próximo.
Cada episodio de dicho combate costará 21 millones de dólares, unos 319 millones de pesos, mientras que el minuto equivaldrá a siete millones de dólares, poco más de 106 millones de pesos.
¡Sácale las babuchas con todo y calcetín!
Según estimaciones, el pleito recaudará alrededor de 40 millones de dólares sólo por la venta de entradas, con precios por el boleto más barato de mil dólares –poco más de 15 mil pesos– y el más caro hasta de cinco mil –unos 75 mil pesos. La oferta de las 17 mil localidades con las que cuenta el MGM Grand Hotel, donde se llevará el combate, se agotaron en 15 minutos.
En septiembre pasado Mayweather anunció que en el próximo septiembre, tras colgará los guantes de por vida tras su último combate, quizá contra Juan Manuel Márquez, ya que los mexicanos son sus “clientes:
Los ha derrotado en nueve ocasiones: al mismo Juanma, Saúl Alvarez, José Luis Castillo y Jesús Chávez –ambos en dos ocasiones—; Gregorio Vargas, Felipe García y Roberto Apodaca, contra quien debutó en 1997.
Ya una de las grandes figuras del boxeo mexicano como el ex monarca mundial gallo, Guadalupe Pintor, entrevistado antes del anuncio de la multimillonaria pelea, al interrogarlo sobre si Floyd necesita la pelea con Pacquiao, aceptó que sí, le hacía falta.
Pero que si se enfrentaran, el estadounidense le ganaría.
“Sería bueno, para que se quitara esa situación de que sí, de que no… Siempre que hay dudas y situaciones en ese aspecto lo más importante es ver esa pelea. Si se lleva a cabo le voy a Mayweather”, opinó.
De visita en la televisora ESPN, del Grillo de Cuajimalpa, como era conocido Pintor, vencedor de figuras como otros ex campeones como Carlos Zárate y Juan Meza, dijo que el boxeo en la actualidad está más basado en la mercadotecnia que en otras cosas.
Pero apuntaló las buenas bolsas que reciben hoy los peleadores, pues a final de cuentas arriesgan la vida en el ensogado.
“Admiro a Mayweather. Principalmente porque es un hombre muy sencillo, generoso con la demás gente. Ayuda mucho a la gente que tiene necesidad. Tiene dos o tres fundaciones de apoyo. Y, aparte como boxeador, pues creo que el reconocimiento que le dan se lo merece porque le ha ganado a todos los mejores y ha hecho ver ridículos a algunos que creímos que eran muy buenos”, expresó Pintor.
Celebró que hoy les paguen millones a los peleadores, pues hoy como antes, arriesgan la vida en el ring.
“Son épocas. Afortunadamente, el boxeo en los 30’s, 40’s, 50’s, había unos atletas que la verdad eran unos titanes los que subían al cuadrilátero y no había esas oportunidades –bolsas millonarias. Luego viene una época en la que me tocó cerrar un ciclo bien importante y no se ganaba tanto dinero.
“Luego llegó Julio César Chávez y él revoluciona para el boxeo mexicano esta situación y es el hombre que más dinero gana de todos los boxeadores que había tenido México. Pero lo que se cobra ahora, 10 millones (de dólares), es demasiado, y qué bueno porque a final de cuentas cada boxeador que sube al ring expone la vida y sí vale la pena lo que les pagan”, comentó.
Festejó, incluso, a peleadores como Mayweather y Márquez al señalarlos como peleadores ejemplares al tiempo que descalificó a los ex campeones Mundiales Julio César Chávez Jr. y Canelo Álvarez.
Y pienso, insisto, que Floyd podría retirarse contra Márquez, en una revancha, porque los mexicanos son los más redituables de la comunidad hispana entre los Cara Pálida.
Sí, coincido con Ignacio Beristáin, Money es un tacaño sobre el ring.
@kalimanyez
