Acento
Salvador Flores Llamas
Se agitan ya las aguas por la sucesión presidencial de 2018, para controlar la suya Peña Nieto previno a los priistas no adelantarse e indicó que el nuevo jefe del partido será alguien que impulse a los jóvenes para renovarlo.
Demos una hojeada a algunos destapes presidenciales.
En la mayoría ha prevalecido la voluntad del presidente, aunque a veces han querido influir los ansiosos y sus partidarios.
Plutarco Elías Calles de plano perdió la brújula: creyó ser más fuerte que su padre político, Álvaro Obregón, pero éste decidió reelegirse, contra uno de los dos postulados esenciales de la Revolución: la no reelección, pues el sufragio efectivo ya había sido vulnerado y lo es en todos los comicios.
López Portillo, considerado sin grandes dotes políticas, cesó al eficaz primer secretario de Gobernación, Reyes Heroles por su discrepancia pública por la venida de Juan Pablo II, y no tuvo en el segundo, Olivares Santana al asesor indicado para la coyuntura.
Pero sí la atingencia de marcar desde el inicio del sexenio que su sucesor no saldría de Bucareli, pues D. Jesús no aspiraba a Los Pinos por ser hijo de español, y se opuso a la corriente que desató Hank González, para que él pudiera llegar, al rechazar reformar el artículo 82 para quitar el obstáculo constitucional a los hijos de extranjero.
“Sería una reforma con dedicatoria”, argumentó el tuxpeño.
JLP hizo prometer a Olivares que no albergaba aspiraciones presidenciales.
El exgobernador del Edomex, Alfredo del Mazo, titular de la SEMIP con De la Madrid (MMH) supo por un familiar de éste que las iniciales del “tapado” eran “SG”; creyó que sería Sergio García Ramírez, procurador general de la República, y lanzó un boletín con la noticia.
Ésta se difundió por radio la mañana del domingo 4 de octubre de 1987, cuando desayunaban en Los Pinos el CEN del PRI y el sector obrero de Fidel Velázquez, liderados por Jorge de la Vega, con MMH, quien los mandó al mediodía, a destapar a Salinas de Gortari, en la concentración ya reunida en la sede tricolor, y al partir los sorprendió “la nueva”.
Netzahualcóyotl de la Vega, líder de sindicatos de radio y Tv, ordenó la difusión masiva de que Salinas era “el bueno”.
Entre tanto empezaron a llegar a la casa de García Ramírez para felicitarlo políticos acelerados, como Ojeda Paullada, ex secretario del Trabajo, y Rosell de la Lama, exgobernador de Hidalgo.
Él los recibió y les dijo que había que esperar, porque aún no había recibido ningún aviso “de arriba”, mientras en el PRI atronaban las porras para CSG.
A éste le mataron (23 de marzo de l994) a su delfín, Luis Donaldo Colosio y recurrió al emergente Ernesto Zedillo, quien lo desterró ya en el poder, auspició la repulsa popular en su contra; pero se dice que la captura de Raúl “el hermano incómodo” fue para protegerlo de sus enemigos mafiosos, que se sentían traicionados por él.
A Zedillo le brincó Roberto Madrazo en el PRI y obligó a su delfín, Francisco Labastida a una elección interna, que éste ganó, mas el partido se resintió.
Sobran historias de los destapes, como las jugarretas de Ruiz Cortines (ARC) al secretario de Agricultura, Gilberto Flores Muñoz, en quien el Viejo Zorro se cebó por andar muy caliente.
Al salir de acuerdo presidencial Carrillo Flores, secretario de Hacienda de ARC, vio que Gilberto iba al suyo y le invitó a comer ese mediodía, porque “tengo que darte una buena noticia”.
Ya en la mesa, lo felicitó: “eres el bueno, hermano, el jefe me ordenó limpiar tu expediente… por lo que pudiera ofrecerse”. El nayarita se sintió en la luna y le agradeció con un intenso abrazo.
(Tras el destape de López Mateos, el 2 de noviembre de 1957, Carrillo preguntó a D. Adolfo: “Señor, no entiendo por qué me pidió limpiar el expediente de Flores Muñoz, si no iba a ser el bueno”
“Por eso, dijo el Viejo, porque si lo fuera, no lo habría necesitado”.
Gilberto quería estar seguro de su futuro. Sugirió a su amigo Rodrigo de Llano, director general de “Excélsior”, pedir cita a ARC para preguntarle de la sucesión, pues de seguro a él sí le soltaría algo. Pero no iban a sorprender a aquel costal de mañas.
ARC lo recibió, y en la charla De llano dijo: señor ¿podría orientarme sobre la sucesión, para que “Excélsior” pueda hacerlo con fidelidad? ¿Cómo ve a “los probables”?
D. Adolfo empezó a enunciar: Mire a Morones Prieto, de Salubridad, cómo se parece a Benito Juárez. Y siguió: ¿Carvajal, de Gobernación?: muy serio, gran colaborador. ¿Ceniceros, de Educación?: qué gran labor ha hecho… ¿Uruchurtu, del Departamento del DF?: Ernesto sería un gran presidente hasta la primera reelección…
¿Ortiz Mena, de Hacienda: el pueblo no votaría por un “cobrón”. ¿Flores Muñoz, de Agricultura?: Ha hecho buen trabajo, “el pollo”, es de mis mejores hombres y así…. Quedó al último López Mateos, del Trabajo: es muy joven, ¿no le parece –dijo ARC, habilidoso- que está verde?
Tarde se le hacía a De Llano salir de Palacio Nacional (donde despachaban los presidentes) y hablar a su amigo. Ya en el “Ambassador”, restaurante bar en el edificio de “Excélsior”, predilecto de De Llano, éste lo felicitó efusivamente, por considerarlo el ”Amarrado”, y le narró las confidencias que le hizo Ruiz Cortines.
Quien aún le jugó otra a Flores Muñoz.
Doña María Izaguirre de Ruiz Cortines invitó a su esposa Asunción Izquierdo a desayunar en Los Pinos. La colmó de atenciones, le mostró la residencia y le sugirió: “quizá se te ocurra hacer algunas modificaciones”.
Bastaba de indicios: el próximo presidente sería Flores Muñoz.
Pero la vida le tenía destinada una salida trágica al exdiputado federal y exsenador por San Luis Potosí, exgobernador de Nayarit, exsecretario de Agricultura y ex precandidato presidencial: siendo director de la Comisión Nacional del Azúcar (con López Portillo) fue asesinado, junto con su esposa, por su nieto Gilberto Flores Alavez, el 6 de octubre de 1978, en el DF.
@chavafloresll
