Columnaria
Juan Chávez
Aunque el presidente Peña Nieto sostenga lo contrario, las elecciones del 5 de junio abrirán la caja de Pandora para la presidencial de 2018.
No tiene remedio, la historia así lo señala. Los resultados electorales son arrastrados a los siguientes comicios, mayormente si son los presidenciales. Cuestión de echarle un ojo a las estadísticas.
En la lucha por el poder local, en las 12 campañas, ha habido mucho lodo. En esto, le sobra razón al mandatario que fue entrevistado por La Jornada sobre la espinosa cuestión de la jornada electoral del primer domingo de junio.
Más que cualquiera de las elecciones para elegir gobernador en 12 estados, el caso de Veracruz es relevante y, ya lo he dicho, el resultado incidirá en 2018.
Veracruz es la tercera entidad con mayor número de votantes, una cantidad nada despreciable. Algo así como seis millones de electores que, lo más seguro, den la espalda al PRI.
Un bastión del PRI que según la síntesis de 52 encuestas presentada por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, el candidato de la alianza PRD-PAN le saca una ventaja de 8 puntos al aspirante priista.
Claro, estamos a 12 días de ese fatal 5 de junio y podría haber una voltereta milagrosa… cosa que no veo posible… porque el de allá arriba no mete las narices en las cosas humanas desde que crucificaron a su hijo.
Dios no se asoma siquiera a ver los resultados en las urnas donde se retratan las libertades y la razón de ser de la humanidad: la democracia.
La culpa –porque ésta si existe–, de la que parece inminente derrota del PRI en Veracruz, la tiene el gobernador Javier Duarte, a quien desde hace tres años se le finca la responsabilidad de las corruptelas más escandalosas que ha vivido la entidad.
Aparte, a Duarte lo desbordó la inseguridad y la violencia, y luego, la competencia electoral se da entre primos hermanos que ven al gobernador que uno de los dos sustituirá, el más nefasto de todos los veracruzanos.
Tanto Miguel Ángel Yunes Linares (PAN-PRD) como Héctor Yunes Landa (PRI) han prometido meter a la cárcel a Duarte.
Si hoy fueran las elecciones, como lo fijan las encuestas, el candidato panista-perredista ganaría con 39% de los votos; su primo alcanzaría 31%. Así van las preferencias.
