Columnaria
Juan Chávez
Para atemorizar más, el millonario electo presidente de Estados Unidos en las primeras entrevistas de prensa que concede, insiste en los temas de su campaña: “el muro va” y “deportar al menos a 3 millones de indocumentados”.
Las cifras caen como uvas:
La deportación masiva costaría a los contribuyentes estadounidenses 114 mil millones de dólares, según estimación del llamado “think tank” Center for American Progress.
Un promedio de 10 mil dólares por persona por lo que la anunciada primera deportación que se propone llevar a cabo en los primeros días de su gobierno (tres millones de indocumentados), sumaría un costo de 30 mil 210 millones del billete verde.
Esa acción, en los terrenos de la política migratoria, no tiene porque espantar a nadie. En sus 8 años de gobierno, Barack Obama puso de patitas de regreso a sus países a 2 millones 500 mil indocumentados.
Inclusive, Obama tiene el récord en deportaciones: en 2013 expulsó de EU a 435 mil irregulares, entre ellos a 200 mil criminales.
O sea: tan malo el pinto como el colorado.
Y por lo que hace al muro en los tres mil 300 kilómetros de la frontera México-Estados Unidos, la mayor en longitud en el mundo, no es nada nuevo. De hecho, el muro ya existe. George W. Bush empezó a levantar su construcción.
Hay que preocuparse, sí, por el empeño que Donald Trump pone en la inmediata revisión del Tratado de Libre Comercio y si ésta no se da, en su eliminación en los primeros 210 días de su cuaterno.
Otro punto también de alerta es el apoyo de la derecha europea que busca. Ya recibió al impulsor del Brexit de la G ran Bretaña, Nigel Farage.
Vienen problemas graves y frente a la posición dura de Trump habrá protestas de todos los calibres y usted sabe que en este tenor los mexicanos se pintan solos.
Una eventual desaparición del TLC arrastrara a la industria automotriz mexicana a los límites de la quiebra dado que es la principal surtidora de partes de la que en el país del norte es enorme industria.
¿Y Canadá? Jure que el país del maple no se va a quedar con los brazos cruzados.
Trump va hacer explotar al mundo. Es un radical de derecha enloquecido por el poder que va a tener en sus manos. Al tiempo.