“Vente corriendo porque se está quemando el mercado”

Ciudad de México.- Con un rostro desencajado, los ojos hinchados de llorar y una preocupación que se notaba más que su tristeza, Gabriela Orea relató a EL DEBATE cómo en cuestión de minutos su local, el 440, quedó completamente destruido por el incendio que consumió todo a su paso en la zona de flores y comidas del Mercado Hidalgo.

El producto principal que ofrecían a los clientes eran macetas grandes, chicas, de colores o de barro. Además, en la parte de afuera del local vendían cosméticos. No quedó nada.

Gabriela Orea relató cómo en cuestión de minutos su local fue destruido. Foto: EL DEBATE.

Alrededor de las 6 de la mañana le habló un vecino para decirle lo que jamás hubiera imaginado. 

Vente corriendo porque se está quemando el mercado, y pues yo me vine rápido pero, cuando yo llegué, ya estaba muy avanzado”, comentó doña Gaby con un nudo en la garganta.

Al llegar al lugar de su trabajo, observó cómo las láminas comenzaron a caer y las llamas salían por encima del edificio. El ruido era algo perturbador, se escuchaba el crujir de los locales.

Tanto ella como su familia estaban desesperados, se sentían impotentes puesto que no podían hacer nada más que contemplar el fuego consumiendo su local y los de sus compañeros, su lugar de trabajo, de buenos y malos momentos.

Hasta ese momento -alrededor de las 6:20 de la mañana- habían llegado apenas algunas patrullas a la espera de los bomberos, por lo que únicamente se preguntaban ‘¿y ahora qué?’.

“Pasó por mi mente que se acabó ya todo, porque toda la mercancía estaba aquí. Ahora sí que quedamos en ceros, era de lo que nos sosteníamos, íbamos al día”, dijo con ese pesar y preocupación.

En el caso de esta familia, se quedaron sin ingresos, pues doña Gaby detalló que todos los miembros trabajaban en el local.

“Ahorita no tengo idea de nada, o sea, apenas va a haber una junta y la administradora nos va a indicar a ver qué va a pasar o qué prosigue después de esto”, señaló, mientras su esposo la tomaba del brazo.

Respecto a lo venidero, la pareja aseguró que sólo esperan poder trabajar lo antes posible: “que agilice [la autoridad] porque aquí somos muchas familias que dependemos de este mercado”.

Un lugar de trabajo, hay que empezar de cero: ni una tabla ni un banco ni una reja, no tenemos nada, ni mercancía para empezar, no tenemos, todo está invertido, ¡todo está invertido!”, dijo.

Finalmente, Gabriela Orea estimó que fueron de 250 a 300 los locales destruidos por el incendio. En las próximas horas los locatarios afectados se reunirán a fin de buscar una salida a esta tragedia que dejó a cientos de familias sin trabajo.