Heriberto Velasco Castañeda
Cuántas cosas se podrían decir de lo vivido en Chenalhó y sería difícil llegar a una conclusión, pero hay dos cosas que no se pueden pasar por alto: la dignidad y la cultura. Históricamente al indígena se le ha menospreciado y pisoteado su dignidad y en su lucha del 94 fue lo primero que reclamó, respeto a su dignidad, pero a pesar de las muertes, muchos no hicieron caso y ahora les cobran con la misma moneda; aquellas ínfulas de camionetas blindadas, séquito de guaruras etc., quedaron reducidas a una blusa indígena para mostrar su falta de palabra. Ese hartazgo fue producto también del desprecio milenario a su cultura; ellos tienen sus valores y el ladino se los ha querido arrebatar imponiéndole modos y costumbres que genéticamente le son ajenos. Es tiempo de que el gobierno entienda que también estas diferencias se respetan